Todos los colegios e institutos se enfrentan a este problema al comienzo de curso.Se trata de dar una solución al ‘lastre’ que ha quedado a un buen número de alumnos que han promocionado de curso, pero con una o dos asignaturas pendientes. Es muy importante atender a estos alumnos que ya tienen muchas dificultades con el curso normal y encima se les suma una carga extra pendiente del curso anterior para terminar de hundirlos.
En estos días de comienzo del último trimestre del curso yo trato de ponerme en el lugar de muchos profesores que se ven obligados a evaluar a estos alumnos de todo lo que tienen pendiente del curso anterior y, a pesar de sus intenciones de aprobarles, difícilmente encuentran algo para justificar una calificación positiva.
Yo sería partidario de suprimir estas asignaturas pendientes si pudiéramos encontrar un sistema para penalizar a aquellos alumnos que «abandonen voluntariamente» estas materias. Sería mejor que promocionasen con ellas pendientes, sin ninguna consecuencia, como ocurre al finalizar la ESO que, aunque tengan alguna asignatura pendiente, estas se olvidan al pasar a bachillerato. Creo que sería preferible que todos los alumnos cursasen el mismo número de asignaturas con ayudas y refuerzos puntuales a aquellos que lo necesiten.
Pero la realidad es que hasta ahora en todos los centros educativos españoles ha habido un horario especial de clases para un buen grupo de alumnos con asignaturas pendientes. «El objetivo era establecer y poner en marcha medidas de intervención educativa en el colegio o instituto, a través de los diferentes departamentos didácticos que, de forma general, contribuyan a que el alumnado afectado recupere las asignaturas pendientes de cursos anteriores, en el contexto de la evaluación continua y personalizada».
La casuística es muy variada: alumnos con materias evaluadas negativamente tras la evaluación extraordinaria y que promocionan de curso, alumnos que cambian de modalidad y por tanto de optativas en Bachillerato, alumnos que promocionan por imposibilidad de repetir y tiene casi todas las asignaturas del curso anterior suspensas. Toda esta mezcla origina una enorme dificultad a la hora de coordinar y sacar algún fruto de las clases de pendientes.
En el curso actual, al igual que ocurrió con las clases de refuerzo del Plan de Éxito Educativo, en la mayoría de los centros educativos han desaparecido estas clases a los alumnos con asignaturas pendientes del curso anterior. Menos mal que siguiendo las instrucciones marcadas al final del curso pasado por el Ministerio de Educación y las Comunidades Autónomas: «Los alumnos de infantil, primaria, secundaria, Formación Profesional y Bachillerato pasaron de curso, salvo casos muy excepcionales, con una nota según su rendimiento». Sólo por motivos muy graves, las notas no oscilaron entre el cinco y el diez, es decir, aprobado general. Por lo que el número de pendientes este curso es insignificante.
Es muy importante la coordinación continua del tutor de cada alumno con el profesor de las asignaturas pendientes para enlazar con los padres y sacar el mayor rendimiento posible a este plan. Se deberán establecer los objetivos mínimos, los criterios de evaluación, las fechas de exámenes y de entregas de trabajos que tengan que realizar los alumnos. Y principalmente se marcarán las condiciones de comportamiento, asistencia, puntualidad y trabajo.
Opino que el mejor criterio en la evaluación de las materias pendientes estará condicionado por la actitud positiva del alumno en el cumplimiento de las responsabilidades, esfuerzo, interés, asistencia regular, actitud y trabajo. En el tercer trimestre se celebrará la sesión de evaluación, en la que se recogerán en un acta los resultados de la evaluación de las materias pendientes y mi opinión es que ningún alumno que cumpla estas condiciones debería tener una calificación negativa. En el caso de que aún queden alumnos sin aprobar en evaluación ordinaria tendrán otra oportunidad en la evaluación extraordinaria en la que el profesor responsable podrá recoger las actividades no entregadas durante el curso o las proporcionadas específicamente para la evaluación extraordinaria, y además podrá seguir ‘mareando la perdiz’ realizando una prueba escrita. En mi experiencia de profesor rara vez encontré un examen de septiembre que mereciera el aprobado y trataba, como el resto de compañeros, de ‘arañar’ todo lo posible para ‘salvar’ al alumno.
Es evidente que este tema debe ser revisado a la vuelta a la antigua normalidad porque lo que ahora tenemos sirve para muy poco. Posiblemente volviendo a implantar el Plan de Éxito Educativo podríamos ayudar más eficazmente a estos alumnos sin la presión del examen final de recuperación de pendientes. Considero este tema como muy importante y de muy difícil solución y, por eso precisamente, debería ser tratado con mucha dedicación y cariño a estos alumnos.

Recuperación de asignaturas pendientes
22/04/2021
Actualizado a
22/04/2021
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