Cuando acudí el miércoles a ese contubernio abierto que es la hora de los vinos en la ruralidad y su tertulia correspondiente, me asusté un poco. Estaba el ‘mi Metrines’, que no es de los habituales porque para él el lujo es coger el ‘cuatroporcuatro’ (16 para los de letras) e ir a tomar el vino al alfoz (Matallana, Villamanín, Pola... incluso Boñar) pero se conoce que quería disertar con el personal. Al verlo, me preparé para una conversación apropiada pues si quieres pasar por listo a cada uno hay que darle con su temática.
– ¿Ya cobraste la PAC?
– ¿Qué PAC ni qué ostias, tú ves cómo está el mundo, que Rusia viene por nosotros y tu con la PAC?
– No la PAC la cobras tú, y hasta me vacilas con que ganas tu con ella haciendo unos papeles en la gestoría más que yo trabajando todo el año. Ycon razón.
– Pero es que no están las cosas para la PAC, que el mundo está loco.
Y ahí fue cuando me asusté porque empezó a razonar «como los jatos de año», que no se los motivos pero en la ruralidad cuando alguien razona con razón dicen que como los jatos de año. Y decía, mirando al tendido que había llegado más gente: «¿Tú te das cuenta en qué manos estamos? ¿Tú meterías en casa, y mucho menos a ventanear a una hija, a uno que dice que le hablan los pájaros, otro que anda con una motosierra por la calle, uno que dice que se queda con la hacienda tuya —las Jompederas y las Mejadorias incluidas— porque se le pone en los cojones y es más chulo que nadie, de Putin ya ni te hablo? ¿Tú no sacarías el mango del azadón? Y nosotros mirando para las apabardas...».
Y ahí fue cuando me asusté. Que haya algo más importante que la PAC es de mucho preocupar.
– ¿Y qué hacemos?
– Pues lo de toda la vida de dios, tocar a concejo y mirar cuánto cuesta tirar a toda esta manada al río sin flotadores ni manguitos y pagarlo a escote.