Tenemos un gobierno de España centrado en el relato, las palabras, el mantenimiento de los sillones y en el extenso regadío financiero de sus medios sincronizados. Pero aunque nuestros ojos estén fijados en todo ello, no deja de ser una representación fehaciente, ahora a calzón quitao, de lo que a grandes rasgos es un padecimiento crónico. Administraciones que orillan las problemáticas, las cuales terminan transformándose en enfermedades, para concentrar los esfuerzos y el dinero común en artificios que aseguren el sustento propio.
La semana pasada Diego Pérez Cillero publicaba por estas páginas que en la Sobarriba se destinarán más de 300.000 euros en rehabilitar, reformar y digitalizar el patrimonio cultural, además de invertir en programas para dar a conocer su relevancia histórica. ¿Motivo? La ruta del fuero de Alfonso V, un documento histórico y único, promulgado en siglo XI y en el que aparecen recogidos algunos de sus pueblos. La considerada primera declaración de derechos en Europa.
Buenas intenciones, cultura y divulgar historia. Cabe preguntarse porqué en 2025, algunos responsables políticos llevan décadas en sus puestos, pero es positivo que se haya terminado haciendo después de tanto tiempo poniendo el huevo. Ahora bien, me pregunto cómo transitarán todas esas masivas multitudes de turistas, que querrán venir a conocer la historia de la zona, cuando disponemos de unas carreteras cuasi medievales. He ahí la diferencia entre las entradas a cementerios e iglesias, reasfaltadas íntegramente en los últimos años con materiales propios de circuito de F1, mientras que las carreteras son pedregosas, intransitables, únicamente parcheadas. Me pregunto por qué en el orden de prioridades está situada antes la divulgación, que el mantenimiento de las infraestructuras y de los propios pueblos. Porqué para ir a pueblos colindantes por carretera (si así se las puede calificar) hay que recorrerse medio municipio. Porqué el patrimonio está recibiendo los pocos recursos invertidos, mientras se ignora la tecnologización, adaptación de los pueblos a la modernidad y atracción de nuevos habitantes. Porqué mientras pierden población alarmantemente se centra la dedicación en un supuesto turismo. Porqué se abandona sin remedio a las pocas personas que van quedando, y a las que vienen en ciertas fases del año, abocándolas a que la decisión razonable sean las ciudades. Porqué el artificio o la nada antes que frenar la muerte definitiva de los pueblos.
Queridos alcalde José Pellitero y presidente Gerardo Álvarez Courel: Villafeliz, Santovenia y Carbajosa, conocerán y observarán su historia con devoción, pero siguen despreciados y excluidos de sus escasos planes, como sucede con la humillante situación de la fibra óptica. Mismo panorama que en Vegas con Villamayor y Represa del Condado. Así hay miles de ejemplos, en miles de materias, en miles de lugares de este país llamado España. Dejación, abandono, desdén y desvergüenza. Y todos directos a las colmenas urbanas. A este municipio llegará antes la inteligencia artificial a la cultura, que la inteligencia a la administración.