Todo puede empeorar, hasta la gestión de un gobierno que inicia una segunda legislatura envuelta en escándalos por concesiones, a cambio de votos, a políticos huidos de la justicia española. El ruido que han provocado los prolegómenos de la investidura nos han hecho olvidar las cábalas que siempre se hacen sobre la formación de nuevo gobierno, sobre la ocupación de las distintas carteras ministeriales. Para los agraristas, todo el cambio que venga será seguramente para peor, y tanto más peor cuanto más influya en el nombramiento el socio de extrema izquierda.
Luis Planas y todo su equipo en el Ministerio de Agricultura no han sido suficientemente eficaces para atraer a su ministerio la parte equitativa de fondos europeos que hubieran dado un impulso a la modernización del campo, ni han sido capaces de neutralizar las injerencias de Teresa Ribera desde Transición Ecológica, y estas son, a mí modo de ver, las cuestiones que han enturbiado su mandato.
Por lo demás, Luis Planas es un político solvente y predecible, y gran parte de su equipo también, por eso el cambio que se produzca, si es que se produce, puede que sea para peor, e incluso existe la amenaza de una reestructuración competencial que haga peligrar hasta el propio nombre y sentido del ministerio, como ya ocurriera en tiempos del PSOE de Zapatero. El nuevo titular de la cartera se encontrará con las comunidades autónomas, gobernadas mayoritariamente por el PP y Vox, pidiendo una revisión en profundidad del Plan Estratégico de la PAC para España, y pidiendo una política hidráulica que amplíe el mapa de los regadíos de España, y en estas demandas contarán con el apoyo de las organizaciones profesionales agrarias.
Le pedirán reforzar el papel del agricultor como productor de alimentos y relegar a un segundo término asuntos medioambientales que hoy se anteponen por encima de todo, y le pedirán prudencia en los tratados internacionales donde el sector primario casi siempre sale mal parado. Y se le pedirá presupuesto agrario, algo inalcanzable si no tiene peso en el partido.