La palabra ‘postureo’ se ha puesto de moda en los últimos tiempos, fundamentalmente en el campo de la política. Y lo primero que se le ocurre a uno es mirar a ver qué significa de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia. Y dice así: «Actitud artificiosa e impostada que se adopta por conveniencia o presunción». La definición es correcta, pero da la impresión de que hay que pararse un poco a pensar, como si hubiera que traducirla. Por eso se entiende mejor si se ponen algunos ejemplos. Supongamos que a un chico le gusta una chica y se declara a ella, pero ella, aunque esté deseando estar con él, se hace la tonta, la desinteresada como que no le gusta. No obstante terminará poniendo todos los medios para no perderlo. Su desinterés inicial era solo aparente, o sea, postureo.
Otro ejemplo, muy de actualidad, podía ser el referente a los Presupuestos Generales del Estado. El Presidente Sánchez quiere sacarlos adelante a toda costa, pero para ello necesita el voto de los vascos y catalanes. Éstos no van a decirle ahora que le van a apoyar. Más bien dirán que no o que lo va a tener muy difícil, pero terminarán dándole su apoyo, no solo por el pellizco económico que puedan asegurar, sino porque ven en él un auténtico chollo para seguir adelante con sus proyectos. Aunque también podría suceder que las amenazas de independencia, imposibles de conseguir, pudieran ser un mero postureo para obtener fundamentalmente beneficios económicos. Hay muchos más ejemplos en el mundo de la política.
Pero podríamos llamar también postureo al miedo a decir lo que realmente se piensa, miedo a no ser políticamente correctos y estar pensando solamente en agradar o no enfadar a los que nos escuchan. Todos somos conscientes de que hay una serie de temas de los cuales los políticos no se atreven a hablar o a dar su opinión, porque sus adversarios aprovecharían para arremeter contra ellos. En este sentido suelen ser más nobles los más radicales, pues no acostumbran a disimular sus intenciones. O, sencillamente, son valientes para decir lo que piensan.
Sin duda el mencionado ‘postureo’ podría confundirse con algo tan antiguo y eficiente como la ‘diplomacia’. Nadie duda que la diplomacia con sus componentes de prudencia, paciencia e incluso astucia, tiene efectos muy positivos. Pero llega un momento en que la falsedad, el oportunismo, la falta de sinceridad, el puro afán de quedar bien… resultan cansinos y producen en nosotros un merecido rechazo. El rechazo al postureo.

Postureo
22/01/2019
Actualizado a
19/09/2019
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