Cristina Vega 2

Poco pan, demasiado chorizo

11/07/2023
 Actualizado a 11/07/2023
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La noticia de que alguien sea víctima de una estafa, por desgracia, se ha vuelto tan común que apenas llama la atención. Pero a veces sorprende la creatividad de la que hacen gala los delincuentes.

La semana pasada se celebró en León el juicio contra un hombre que se embolsó casi 300000 euros. Para ello no dudó en manipular a una anciana. Durante unos 20 años, se hizo pasar por Dios, Jesucristo o la Virgen María. Así consiguió que la mujer depositase cantidades puntuales de dinero en una tienda con el fin de ingresarlas en el banco del cielo, donde rentaría mucho más que aquí.

Asusta la falta de límites de algunas personas. Y el estado mental actual de la población en general. Sobre todo de los más vulnerables. Aunque todos podríamos citar casos conocidos de abuso de confianza y de gente desesperada capaz de creer lo que haga falta, así que tampoco vamos a llevarnos las manos a la cabeza.
Sin embargo, para elaborar y llevar a cabo estos planes, se requieren grandes cantidades de talento y de tiempo. Además de ser muy amigo de lo ajeno y carecer completamente de escrúpulos, claro. No todo el mundo cuenta con tal capacidad. Un auténtico desperdicio. Aquellos que poseen esa inteligencia, esa habilidad, deberían tener el éxito garantizado en cualquier ocupación legal que se propongan. ¿Acaso necesitan delinquir para satisfacer su codicia?

Pues así parece. A diario se destapan fraudes en forma de productos adulterados, publicidades engañosas, timos, tramas de robos a gran escala. Cada cual tiene sus motivos, medios y estrategias. Unos actúan empujados por imperiosa necesidad. Otros, por el mero placer de llenarse los bolsillos. La ética se ha tomado vacaciones indefinidas.

El resultado es una guerra sin cuartel, en la que el respeto a los demás y la conciencia tranquila no poseen ningún valor. De hecho, quien lleva estos principios por bandera en el mundo actual, suele tener las de perder. Y según el dicho popular, en el amor y en la guerra todo vale.
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