Lo que venía siendo un secreto a voces entre los socialistas leoneses ha dejado de serlo. Se acabó la confidencialidad –es una manera de expresarlo– de puertas adentro. El secretario provincial del PSOE, Javier Alfonso Cendón, gana (más) peso tanto en León como en Madrid, y la diputada Andrea Fernández, que en su momento fue evaluada como la ‘gran esperanza blanca’ por un sector del partido, lo ha perdido. Y, a lo que se presume, sin visos de recuperar masa muscular. Toserle al reversible Sánchez en la cara, llevar la contraria a eso que llaman el aparato, enredar, en definitiva, tiene sus consecuencias. Y que nadie se rasgue las vestiduras, porque eso mismo, calcado, ocurre en todas las organizaciones políticas, si bien con las excepciones que confirman la regla. Fue el caso del Partido Popular y su previsible fiasco de candidata a la alcaldía de Ordoño II, en las pasadas municipales de mayo. La bajada de pantalones por parte de los jerarcas andantes y pensantes de aquí y acullá resultó monumental, pero seguro que no volverá a repetirse. Por la cuenta que les tiene.
Lo esencial del asunto es que Cendón, ahora, muy respaldado por Ferraz –decir Ferraz es decir Pedro Sánchez y el resto de los sacristanes gozosos que le rodean– lo tiene clarísimo. Con un más que acreditado mando en plaza por delegación del ‘amo’ supremo, irá, poco a poco, dejando a un lado a quien se le suba a las barbas y lo incomode. Y aquellos que le cuestionaban –que no eran pocos– se la tendrán que envainar o buscar otros caminos. Si es que los hubiera, claro. Mejor será –pensarán en cónclave y cogiditos de la mano–, agachar la cerviz y, como en el tute, oro bajo y a esperar. La contrastada cercanía del ‘amo’ provincial del PSOE con al arrendatario de La Moncloa, no deja resquicio a la duda.
Pese a ello, cabe recordar –Cendón lo tendrá muy presente– que el único que le ha plantado cara, aceptó el desafío y, además, lo arrasó sin paliativos en mayo del 22 fue el alcalde de la capital leonesa, José Antonio Diez, tras conocerse el escrutinio de las votaciones para liderar la Agrupación Municipal de León. El baño, que fue en toda regla, tampoco ha servido en cuanto a cambiar el escenario y cicatrizar heridas entre las partes.
Diez sigue alentando sus ideas a favor de una autonomía al margen de Castilla, y el partido rema hacia lo contrario. Cierto que las próximas elecciones locales se celebrarán en 2027, pero cierto, también, que durante todo este tiempo las espadas, tajantes, seguirán fuera de las fundas. Y Diez, le pese a quien le pese y más allá de las trabas que viene sufriendo, está consolidado y se hace respetar, algo muy complejo cuando en las tripas de los partidos los puñales vuelan cual pájaros carroñeros.