Claudia Cendón de la Mata

El peligro de los falsos recuerdos

22/10/2023
 Actualizado a 22/10/2023
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¿Qué pasaría si descubrieras que, una gran parte de los recuerdos que tienes, son falsos? ¿Cómo afrontarías el hecho de que, muchos eventos de tu pasado que consideras como ciertos, son realmente inventados o, al menos, distorsionados? Pues siento comunicarte que la ciencia nos confirma que, efectivamente, esto es así. En muchas ocasiones, la memoria no coincide con los hechos que realmente ocurrieron. Se ha podido comprobar, a través de numerosos experimentos, que muchos sucesos que se recuerdan como verdaderos, resultan no ser ciertos, o al menos no del todo. 

Según palabras de Eduardo Punset, «cuando se forma un recuerdo, determinadas moléculas se adhieren entre sí, y cuando se vuelve a recordar, estos procesos bioquímicos vuelven a activarse de nuevo, de forma que, en cierto modo, cada vez que se recuerda algo, se vuelve a revivir lo recordado». Es decir, que cada vez que recordamos algo, volvemos a construirlo biológicamente y, en muchas ocasiones, introducimos variables y elementos que realmente no coinciden con los que estaban presentes en el evento original. Por ejemplo, tras el accidente del transbordador espacial Columbia en el año 2003, se realizó un experimento en el que, tan solo un día después del suceso, un profesor pidió a sus alumnos que escribieran todo lo que supiesen sobre ello. Un año después, volvió a pedirles lo mismo. Las diferencias entre lo que escribieron la primera vez y la segunda, fueron enormemente significativas. 

Dentro de la psicología, a veces se utilizan técnicas cuyo objetivo es que, recuerdos que hemos olvidado o reprimido, puedan salir a la luz. De hecho, esta es la base del psicoanálisis, desde donde se afirma (sin evidencia científica que lo respalde) que, el hecho de conseguir recordar de forma consciente aquellos eventos traumáticos que guardábamos en nuestro inconsciente, es lo que nos hará sanar. El psicoanálisis es una corriente psicológica que siempre ha estado presente, y que incluso lo estaba cuando prácticamente no había ninguna otra opción. Y es por ello por lo que, aunque no lo comparta, lo respeto. El problema es que, en los últimos tiempos, fuera del psicoanálisis, ha comenzado a ponerse de moda alguna técnica de este tipo. 

Concretamente, hablo del EMDR (desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares). Esta técnica consiste en que, a través de movimientos oculares o estimulación bilateral, se intenta acceder a las experiencias traumáticas y adversas del pasado para así lograr la sanación. Básicamente, lo mismo que se ha hecho siempre desde el psicoanálisis, pero de una manera un poco más sofisticada y activa por parte del terapeuta. Esta técnica puede dar buenos resultados, el problema no está ahí. El problema está en el peligro que, todas las técnicas basadas en los recuerdos, acarrean. ¿Podemos tener la certeza de que, aquello que estamos recordando y que creemos que puede ser la causa de nuestros males, realmente ocurrió de tal forma? Hay ocasiones en las que sí, pero hay otras veces en las que no, especialmente cuando se trata de eventos de nuestra infancia que tuvieron lugar muchos años atrás. 

Bajo mi punto de vista, las terapias psicológicas deben centrarse en los problemas del presente, buscando soluciones para el futuro. Sin duda alguna, hay que tener en cuenta el pasado. Nuestros antecedentes y los acontecimientos que hemos vivido anteriormente, determinan cómo nos comportamos a día de hoy. Por lo tanto, es necesario buscar y analizar minuciosamente estos antecedentes. Pero una cosa es tener en cuenta el pasado, y otra muy distinta es que la terapia esté basada en este. Acudimos al psicólogo por los problemas y por el malestar que sufrimos en el presente, por lo que en este presente es en el que debemos permanecer. Atendiendo al pasado, pero sin quedarnos anclados en él. Y sin empeñarnos en sacar a la luz recuerdos olvidados que ni siquiera sabemos si son del todo ciertos. La sanación o, dicho de otra manera, la solución, está en el aquí y en el ahora. 

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