Si quieres saber cómo es una persona, conoce cómo trata, cuida y respeta a sus mayores y si quieres saber cómo es un político, conoce cómo trata, cuida y respeta el patrimonio material e inmaterial de su ciudad.
Un político puede hacer declaraciones motivacionales sobre la riqueza cultural de su tierra y presentar campañas publicitarias vendiendo las singularidades de su ciudad, pero, como diría Lope de Vega, “obras son amores y no buenas razones” y la auténtica promoción cultural se debe hacer con medidas tangibles y no simples brindis al sol.
Esta semana se ha presentado la tradicional carrera de 10 kilómetros de León, llamada ’10KM León, Cuna del Parlamentarismo’ que tendrá lugar el 19 de octubre. En esta carrera y en algún festival veraniego, son en los únicos eventos que se recuerda en la capital leonesa una de las efemérides más importantes de nuestro país y, por supuesto, de nuestra ciudad, como es la celebración de Las Cortes de León de 1188.
Es lamentable que aquel reconocimiento de la Unesco por el que se declaró el corpus documental de Los “Decreta” de León de 1188 como la referencia al sistema parlamentario europeo más antigua que se conoce, y por el que tanto trabajaron multitud de personas hace ya más de una década, dentro y fuera del ayuntamiento de León y de distintos colores políticos, para la creación de la marca “León, Cuna del Parlamentarismo”, ahora simplemente quede reflejada en la coletilla de una carrera y un festival, a modo de eco del pasado y se muestre corpóreo pero diluido, casi imperceptible, en distintos carteles en las entradas de nuestra ciudad para escarnio público, recordando cuando se dejaban los cadáveres de los ajusticiados a las entradas de las ciudades como aviso a todo el que tuviese intenciones de delinquir. En este caso, los carteles son un aviso a todo el que quiera promocionar León.
En este sentido, no es sólo el patrimonio inmaterial el que sufre de desidia, desprecio, falta de imaginación y trabajo, también el patrimonio material clama por unas atenciones que desde el actual equipo de gobierno del ayuntamiento de León se le niega.
Hace unos meses les hablaba del lamentable estado del Palacio del Conde Luna, pero, si visitan el centro de interpretación del León Romano también podrán sufrir audiovisuales apagados, una anacrónica recreación del atril del Congreso de los Diputados, otrora “photocall” alusivo al parlamentarismo, haciendo funciones de sujetapapeles, y un acceso a la muralla descuidado como patio trasero.
Y hablando de muralla y como corolario y guinda del pastel del despropósito patrimonial, al actual equipo de gobierno parece que ya no le importa el Plan Director de la Muralla de León y no sólo no actúa ante la proliferación de maleza en sus lienzos, sino que, además, permite que se taladren agujeros y se instalen argollas para la colocación de las cada vez más estivales luces de Navidad, como sucede en la avenida Independencia frente al Instituto Leonés de Cultura. Manda narices…