03MAX201310242741

Lo pastoril en las Navidades leonesas

17/12/2025
 Actualizado a 17/12/2025
Guardar

A partir de nuestras observaciones de ya muchos años de indagación en el ámbito campesino leonés, hemos ido detectando que la clave de lo pastoril está my presente en la celebración de las Navidades en no pocas áreas de la provincia de León.

Nos encontramos con la presencia de los pastores ya en el arte medieval, representados de modo muy hermoso en las cúpulas románicas de la basílica de San Isidoro, en una de las más hermosas escenas (acaso, la más hermosa) de esas bellísimas pinturas murales de las bóvedas del panteón real.

La escena que los representa es la llamada del ángel (‘angelus a pastores’), anunciándoles el nacimiento de Cristo, del Niño Dios. Ellos, con sus ganados, en un espacio natural salteado de árboles y arbustos, son plasmados, con una lograda policromía, en un ‘locus amoenus’ de tipo paradisíaco.

Tal impregnación de lo paradisíaco en esos «pobres pastores de ganados» de que hablara el gran poeta palentino Jorge Manrique aparece también plasmada, en una copla anónima y tradicional del cancionero leonés, que indica lo siguiente:

"Los pastores no son hombres,/ que son ángeles del cielo;/ en el portal de Belén,/ ellos fueron los primeros". 

El cristianismo nos proporciona ya aquí una pauta sobre su carácter (tantas veces traicionado): el Niño Dios se manifiesta, en primer lugar, a las gentes más humildes, a los pobres de la tierra.

Tal presencia de los pastores, en el ámbito leonés, no solo aparece en el arte o en la poesía culta y el cancionero tradicional, sino que una de las escenas más entrañables de las pastoradas o corderadas leonesas (muy bien estudiadas por José Luis Alonso Ponga y Joaquín Díaz, entre otros), sean de la diócesis de Astorga o de la de León, es precisamente el episodio costumbrista del rabadán y de los pastores, pastoras preparando sus sopas de ajo y dirigiéndose al portal a adorar al Niño.

Y nos volvemos a encontrar con los pastores en varios pueblos de Maragatería, por ejemplo, que en las distintas fiestas del ciclo navideño, recorren las casas de sus correspondientes vecindarios y, al tiempo que recogen algún aguinaldo, dejan en las puertas de la calle de cada familia que los obsequia con alguna vianda unos ramos de hiedra, como señal y símbolo de regeneración de la vida, tanto vegetal, como animal y humana, en ese ascenso del tiempo estacional que va desde la Navidad a San Juan, desde el solsticio de invierno al de verano.

Así, por ejemplo, en la localidad maragata de El Ganso, los pastores van en Navidad en grupo a misa, con una vela cada uno y llevan además el ‘ramo de los pastores’, que lo ofrecen en ella; se trata de un armante de madera, con forma de cruz en su parte alta, que va adornado con velas (‘ramo de cera’) y con unas flores. Al ofrecerlo, entonan el cantar siguiente: "–Apártense los señores, /  apártense para un lado,/ que aquí vienen los pastores /  con las velas en la mano,/ pa San Antonio bendito, / pa San Antonio abogado,/ que nos guarde nuestras almas / y también nuestros ganados,/ que no nos los coma el lobo / ni se mueran de dañado;/ que, si el ganado está bueno, / están contentos nuestros amos;/ que, si el ganado está malo, / todas las culpas pagamos:/ –¿Por qué no las atendistes, / por qué no las has cuidado?/ Nosotros, pobres pastores, / de fatiga nos secamos;/ una vez que sale el lobo / y otra vez que hace frío,/ otra vez nace un cordero / y nace medio arrecido…".

Una de las constantes de este tipo de ritos navideños pastoriles, que tienen lugar en Maragatería es la presencia de San Antonio de Padua, patrón, como es bien sabido, de los pastores, al que le ofrecen sus ramos en los días navideños.

El sesgo pastoril de las Navidades tradicionales y campesinas leonesas es muy llamativo y significativo. Las que indicamos son unas muestras de lo que indicamos.

Felices fiestas navideñas a todos y a todas.
 

Archivado en
Lo más leído