Hoy, que, si el tiempo no lo impide, concluye la Semana Santa de León con la luminosa procesión de El Encuentro –vulgo del Resucitado– conviene recordar nuestra raíz en cuanto a definir a los integrantes de las cofradías y hermandades penitenciales. Y esa raíz, precisamente, se unifica en la palabra papón, término que no recoge el diccionario de la Real Academia Española, salvo para definir a alguien que mete miedo, o que es un comilón –tragador o zampón, dicho sea en leonés– y, por lo tanto, algo indeseado para el común de la sociedad. Lo mismo ocurre con el ‘gentilicio’ cazurro, al que la RAE otorga una serie de connotaciones que van desde malicioso y de pocas palabras, a tosco o a torpe. En definitiva, nada que, en ese sentido, se pretenda y se auspicie desde tierras leonesas.
De todos son conocidas las dificultades y líneas rojas que marca la Academia Española para incorporar nuevas locuciones o acepciones a su diccionario, a su repertorio léxico, que, en definitiva, es de todos y para todos. Por eso, convendría que se auspiciaran las medidas al caso y se procurara hablar con personas quepudiesen ayudar a solventar el asunto y, con ello, a reconvertir una y otra voz –sobre todo la de papón, en este empeño– en oficial.
Aquí, en León, aunque de procedencia asturiana, reside un ‘primer espada’ en el estudio del idioma, Salvador Gutiérrez Ordóñez, académico de la Española –ocupa la silla S–, filólogo y catedrático, según consta en su extensísima y prolija biografía. Pues bien. En el caso concreto de los papones –este pretendido implica a la propia Junta Mayor de Procesiones como órgano aglutinador– sería deseable acordar una entrevista con él, a fin de plantearle el asunto y conocer, de primera mano, su experta opinión al respecto.
No cabe duda de que el lenguaje lo crean quienes lo hablan. Y la Academia, –a veces un poco a regañadientes– acepta los términos que los hablantes repiten y ponen en movimiento. Ahí están, a título de ejemplo, las palabras guay o friqui, circuladas de forma coloquial por la gente y que por su habitualidad han concluido por tener un espacio propio en el diccionario.
Por otra parte, es cierto que nadie puede asegurar con firmeza de dónde viene, en León y provincia, el vocablo papón. Sólo hay suposiciones y alguna que otra elucubración más o menos sustentada. Sin embargo, no lo es menos que esta manera de señalar a los cofrades se pierde en la memoria y su uso –sin ninguna cortapisa culta– está meridianamente aceptado como terminología oportuna por parte de los leoneses. Convendría, en fin, esforzarse al máximo para que la RAE lo contemplara. Los propios papones tienen la palabra. La primera.

Papón en el diccionario
01/04/2018
Actualizado a
18/09/2019
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