El 8 de mayo de este 2025 pasará a la historia de León por «tener algo que ver» con el nuevo papa de Roma, y máximo pontífice de la Iglesia Católica Universal (parece que su madre era de aquí) y con motivo de cuyo acontecimiento estuvieron sonando toda la tarde, lluviosa, las campanas de la ciudad.
Pero, simultáneamente, ocurría que unos cuantos poetas leían sus versos y ese sí que era un acontecimiento típicamente leonés. Y es que pocas ciudades habrá en el ancho mundo que puedan presumir de «tener algo que ver» con el arte de la palabra, tan feliz en el acontecer del hombre, que ha llegado a desplazar en importancia a otras de las artes, como la pintura, que antaño fueron foco y referencia universal.
Al cronista, en concreto, «le tocó» participar, en el ILC, en una presentación del libro: «Para qué poetas» de la nueva y emergente editorial Mariposa, en la que la montañera del Curueño Marina Diez deposita su entusiasmo juvenil, uniéndose al numeroso grupo de editores que en León, han elegido perder su tiempo y su dinero en dar salida a las persistentes inquietudes de una sociedad que cada día parece necesitar más huir de las inanes propuestas de los medios de comunicación.
He aquí la propuesta del cronista en tal sesión.
1- Habrá que hacer algo.
Los sueños se cansan de andar los caminos,
los pozos se secan, las aves no cantan,
el cielo se incendia arrasando a su paso
cultivos, iglesias, puentes y tejados...
2- Se agrietan las manos de tantos aplausos;
de tantas promesas, todas incumplidas,
duelen los oídos de los desgraciados,
se abren las heridas, se cierran los párpados,
vamos al desastre si no despertamos
Habrá que hacer algo
3- Vivir no era esto, sufrir no era tanto,
llorar a escondidas, no creer a nadie.
Se ha hecho un silencio cada vez mas largo,
no cantan los grillos, no croan las ranas,
una mayoría vaga en las ciudades
sin saber ni donde se posa el milano
4- Gritad: «No era esto lo que deseábamos»
No eran estos líderes, no eran estos sabios,
eran otros tiempos en los que soñábamos
que aún era posible levantar el suelo
de los adoquines, y encontrar la playa
Habrá que hacer algo
5- Se pudre el silencio, los sueños se marchan,
la tierra vacía se bebe la escarcha
Habrá que hacer algo.
Habrá que exigirle al tozudo gregario
que le diga al miedo que salga de casa,
que griten los niños, que lloren las madres,
a ver si entre todos logramos echarlo
6- Se palpa el recelo, los ojos aplauden,
las arcas vacías crían «telarañas»
pesebres, pajares, arcones, bodegas,
llenos de silencio, ya no queda nada.
Habrá que hacer algo.
7- Las manos se cansan de apretar los párpados,
si hacer el camino duda el caminante,
la frentes, los ojos, los párpados,
se arrugan y mienten, se cansan,
se agrieta el silencio, se abren las heridas,
se cierran otra vez las puertas y las esperanzas.
Vamos al desastre. Habrá que hacer algo
8- Porque no era esto, porque no era tanto,
lo que nos faltaba, al final del camino
ya casi llegábamos.
Tan solo un silencio cada vez más largo
sale a recibirnos, sin darnos la mano.
Sin casi mirarnos nos abre la puerta
diciendo «marchaos» Aquí no sois nadie.
9- Ahora ya sabemos quien es el tirano.
Sabemos de sobra a quien molestamos
cuando perseguimos el fin del silencio.
Saber quiénes somos ha sido muy largo.
Somos los de abajo, los que siempre callan,
los que siempre aplauden a aquellos que ganan.
Pero nunca es tarde. Habrá que hacer algo.
10- No estamos vencidos. No nos manda nadie.
Nadie está obligado a tirar la cuchara.
Si es gorra que corra. Demasiada gente
en su puerta parada. Demasiados hombres
fumando a desgana. Demasiado fuerte
el silencio que clama que las cosas cambien
Habrá que hacer algo.
11- Los recién nacidos que lloren bien fuerte.
Que silben bien alto todos los ancianos.
Que se abran las jaulas de todos los pájaros.
De derecha e izquierda y de arriba abajo
comience un murmullo como un mar que gruñe
en el acantilado.
Que todos los gritos nazcan desde abajo.
Habrá que hacer algo.
12- Antes que nos manden las trituradoras
y los monopolios, y los sacerdotes,
y los ilustrados. Antes que un don nadie
con su voz de trueno grite y amenace
con el fin del mundo y grandes desastres
Antes de que asome la negra cabeza
de la incertidumbre, esa Hidra grande
que se come el sueño de los ignorantes
Habrá que hacer algo
13- Los recién nacidos que lloren mas fuerte
que silben a coro todos los ancianos,
que se abran las jaulas, que vuelen los pájaros,
pasad a cuchillo a todas las serpientes
y que en nuestros juegos nunca pinten bastos
14- El amor se extingue, su estrella lejana,
se pierde en la noche, se enciende y se apaga
Habrá que hacer algo
Gritar todos juntos, hasta aquí llegamos,
No habrá más refugio para quienes callen.
De ahora en adelante no habrá más moneda,
no habrá más remedio que morir por algo,
por algo que suponga el fin del fracaso.
De ahora en adelante habrá que hacer algo.
No es vida esta vida si no hacemos nada.
Morir es sencillo. No hay más que dejarse.
Pero es necesario presentar batalla.