28/03/2025
 Actualizado a 28/03/2025
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Se nos llena la boca reclamando para León competencias propias de otras administraciones y nos quejamos de falta de compromiso con nuestra tierra, mientras que, al mismo tiempo, descuidamos las competencias que nos son propias y somos los primeros en hacer dejación de funciones hacia León.

En alguna ocasión ya les he hablado de la desastrosa gestión de la Diputación de León en la promoción económica e industrial, en la atracción de turismo, en la ejecución de los planes provinciales, en el fomento del deporte en nuestros pueblos… y en cualquier cosa que salga del equipo de gobierno socialista y leonesista. Pero esto no es exclusivo de la Diputación. El ayuntamiento de la capital leonesa también adolece de ese grado de apatía, falta de trabajo e imaginación.

Hacía tiempo que no visitaba el Palacio del Conde Luna y la verdad que este sábado pasado, al recorrer sus salas, no pude evitar sentir algo de vergüenza y cierta melancolía de lo que fue. Lo que debería ser el buque insignia de la historia del Reino de León, ahora se ha convertido en un cascarón prácticamente vacío, con una información descontextualizada, falta de piezas, audiovisuales apagados, proyectores que no funcionan…

Una exposición que hace años era muy atractiva no sólo para adultos sino para los más pequeños, que se llenaba todas las semanas de visitas escolares y disfrutaban con actividades interactivas e inmersivas, ahora se ha convertido en un petardo de paneles recuperados de distintas exposiciones (como la vergüenza del desmembramiento de la exposición de Los Decreta), huecos en los que es evidente que faltan piezas, objetos ocultos y notables ausencias como la de la maqueta de León o la recreación de la ‘Embajada de 941’ donde se podía interactuar con Ramiro II, personajes de su Corte y con el embajador de Abderramán III o el judío Hasday ben Saprut.

Ahora nada de eso queda y la poca dignidad se mantiene por el empeño y compromiso de un puñado de empleados municipales de Cultura, Patrimonio y del Archivo Municipal que, extralimitando sus funciones y tirando de pundonor, intenta suplir la falta de trabajo y compromiso de los políticos, que no dejan de ser sus jefes provisionales.

Animo a la corporación municipal, tanto gobierno como oposición, a que empiecen a pasear por León y sus monumentos con la mirada crítica de un turista que busca satisfacer su apetito cultural más que llenar el buche con tapa gratis y que caminen por el centro histórico mirando a su alrededor viendo la suciedad en calles y paredes.

Pueden comenzar recorriendo la calle de La Rúa y continuar por la calle Conde Rebolledo para intentar imaginar lo que siente un turista o un peregrino al recorrer el mismísimo centro de León y, si miran para arriba, y alejan la vista de sus móviles podrán ver hasta al mismo judío Hasday ben Saprut (en más importante judío de la época en Europa) asomado a una de las ventanas del Palacio del Conde Luna con la misma cara de melancolía que se me quedó a mí al ver lo que fue ‘ayer’ y lo que es ‘hoy’ del Centro de Interpretación del Reino de León.

 

Palacio del Conde Luna 1
Palacio del Conde Luna 1
Palacio del Conde Luna 2
Palacio del Conde Luna 2

 

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