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El Padre Martino

15/09/2025
 Actualizado a 15/09/2025
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¡Eso de Covadonga...!  Esa esa línea de credibilidad queno ha querido cruzar el padre Martino. Lo demás, la Reconquista, la invasión romana, toda la historia de nuestras montañas ha pasado por su cedazo...

Eutimio Martino, jesuita, autor de «Roma contra cántabros y astures (1982)» ha cumplido 100 años en su residencia de Villagarcía de Campos. Natural de Vierdes, (Oseja de Sajambre) es cronista  oficial del valle de Camaleño e hijo predilecto de Sajambre. Para la historia de León es quien ha «puesto las cosas en su sitio» en la conquista romana; y para muchos sabios es el más sabio. Para «los de Claraboya» fue uno de las faros que guiaron su navegación, por nuestro pasado.

De los varios, vivos, que, en León puedan ser considerados como sabios, es el Padre Martino, el más completo,el más amplio,el más profundo. Los del grupo Claraboya, más los amigos escritores de la época, solíamos participaren  cada verano una velada en León, en la que escuchábamos su palabra como si fuera un encanto, una bajada a la cueva aquella de Montesinos en El Quijote de Cervantes. El nos narraba la conquista con pelos y señales, indicando los errores y los plagios.

Los cántabros y los astures se nos aparecían como nuestros hermanos y las nuevas averiguaciones del Padre Martino, próximas a aparecer publicadas, nos dejaban un indeleble rastro de toponimia y de hidronimia, en el que montes y collados, arroyos, lagos, y ríos leoneses pasaban a formar parte de nuestro ser de gente ansiosa de saberes y nostalgias.

Cuando en aquel lejano 1963, aquel grupo de jóvenes entendió que la poesía española se había enfangado demasiado, decidió arremeter en ese frente, y lo hizo al amparo de la Diputación de entonces, y bajo el criterio de Don Antonio González de Lama, un cura atípico y autónomo. 

Y, colocando a Agustín Delgado al timón, no dejamos de convocar de tanto en tanto a muchos de los preclaros leoneses, uno de ellos el Padre Martino, el cual aparece por primera vez en el nº  2 (noviembre 1963)  y luego en el 5 (mayo-junio 1964) con el tema: Situación de la poesía. 

Allí declara que «la poesía es la palabra más interior del hombre,  el canto no aprendido» Y escribe esta estrofa: «Mi carro de ruedas altas; / no más que dos. / una para cada orilla / de los caminos de Dios»

Caminos que le han llevado a hasta la provecta edad cargado de sabiduría, de buen hacer y de prestigio internacional en un campo de la historia antigua plagado de
profesionales de aquí te pillo, aquí te mato.
 

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