Cada semana me asomo a la ventana de León para dialogar con los lectores. Los temas de opinión suelen ser variados: Una noticia del Telediario, una tertulia con amigos o simplemente algo que me impresiona en la lectura de la prensa diaria. Normalmente mis artículos están centrados en asuntos educativos. El martes 18 de marzo de 2025 he leído el periódico ‘El Mundo’ y me he encontrado con estas dos noticias de Educación:
La primera (pag. 17): El menor de 15 años detenido por la muerte de la educadora Belén Cortés hoy hace una semana ha sido acusado de intentar agredir a una cuidadora en el Centro Marcelo Nessi de Badajoz. ‘Tiene narices’. No hace ni una semana que asesinó a una cuidadora. ‘Parece increíble’. El joven había sido trasladado a este centro por orden judicial y a petición de la Fiscalía de Menores, junto a los otros dos presuntos implicados en el crimen, de 14 y 17 años. Aunque la cuidadora no sufrió lesiones físicas, lógicamente se encuentra muy afectada anímicamente por lo sucedido. El delegado de Personal y Guardia de seguridad del centro Marcelo Messi cuenta cómo fueron los hechos: «El menor detenido por el asesinato de la educadora de Badajoz ha intentado agredir a otra trabajadora». «Todo sucedió cuando un interno se lanzó hacia una educadora con intención de agredirla y el personal de seguridad tuvo que interceptar al menor, frenar la agresión y llevarlo a una habitación». Después el menor, lejos de calmarse, gritaba e insultaba a la cuidadora desde la habitación y llegó a romper una de las ventanas del cuarto y tuvieron que llevárselo a una habitación de aislamiento. Sobre los insultos que propiciaba este menor a la educadora social, el delegado de personal confesaba que eran fuertes: «Eran amenazas de muerte e insultos como p… o perra». El delegado también habla de cómo es el protocolo para agresiones en los Centros de menores de este grado: «Cuando se amenaza con agredir tiene que haber una orden directa por parte del equipo socioeducativo para que a esa persona la aislemos. Si no es así, no podemos aislarla por una amenaza. Aunque una vez que el interno empieza la actitud agresiva a un trabajador, los vigilantes de seguridad lo contenemos y lo llevamos a una habitación habilitada para aislamiento, que cuenta solo con una ventana: «En teoría no debería de haber ningún material que fuera susceptible de utilizar como arma». «Es muy agresivo y muchas lesiones y accidentes laborares ocurren durante los traslados. Llevar a una persona muy agresiva, engrilletada o no, hacia una habitación pegándote patadas y codazos o intentando tirarte por las escaleras es complicado». Nuestra pregunta es: ¿Hasta dónde vamos a llegar? ¿Cuánto más tendremos que soportar? ¡Pobres cuidadores de esta ralea de menores! A raíz del asesinato de Belén, el Gobierno está preparando una norma a nivel estatal que fije unos estándares mínimos para las 17 comunidades autónomas, pero aún no se ha notado nada. ¡Que llegue pronto esta norma y se aplique, por favor!
Segunda (pag. 28): «Las plazas de Magisterio son seis veces más que para Matemáticas». La oferta de las carreras de las universidades públicas no se ajusta a las demandas del mercado laboral. En cada curso sólo pueden matricularse 4.000 aspirantes a Matemáticas, a pesar de ser una de las carreras con mayor proyección laboral y, por eso, las notas de corte son cada vez más altas. Muchos bachilleres con vocación matemática se ven obligados a quedarse fuera. Sólo los que tengan recursos económicos podrán ir a la privada, que se ha dado cuenta del tirón profesional de esta carrera y ha comenzado a abrir facultades de esta disciplina. Por otra parte, hay una oferta anual de 26.000 nuevas plazas públicas para cursar Educación Infantil y Primaria, a pesar de que los colegios no necesitarán en un futuro próximo ni siquiera un 50 % de esos maestros. Esto provoca dos graves consecuencias: Un desajuste entre la oferta y la demanda de titulaciones (sobran maestros y faltan matemáticos) y los campus privados se están quedando con los excedentes de estudiantes (normalmente excelentes) que no logran entrar en la pública. Además, un maestro prácticamente sólo puede trabajar de maestro y no puede irse al extranjero. Y, como se van perdiendo unidades escolares porque hay cada vez menos niños, comienza a haber excedentes. Ya antes del Covid, la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (Crue) auguraba la saturación para los titulados en Educación. Esto sólo se solucionaría reduciendo el número de plazas en la universidad. La otra cara de la moneda es la carrera de Matemáticas: Para Magisterio hay capacidad de producir maestros, pero no habrá empleabilidad. Para Matemáticas hay empleabilidad, pero no capacidad de producir matemáticos, porque los graduados se van a trabajar a las empresas, donde ganan más, y faltan profesores de Matemáticas. Para reparar estos desajustes queda una solución: «Hacer una buena planificación de la oferta universitaria, disminuyendo las plazas de maestros y aumentando las de matemáticos».