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Ojalá sea un hasta luego

22/05/2024
 Actualizado a 22/05/2024
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Los aficionados ademaristas ya llevamos unos cuantos años acostumbrados a ver cómo cada final de temporada se va alguno de los jugadores que nos ha deleitado con su balonmano en el Palacio de los Deportes de León ante la imposibilidad de competir en condiciones contractuales frente a otros equipos europeos a la hora de poder retenerlos más allá de dos años. Pero no pretendo yo arreglar ahora en estas líneas la situación del balonmano español y del propio club.

El Ademar siempre se ha caracterizado por conseguir atraer talento joven a su plantilla, puesto que los jugadores son conocedores de que es un gran escaparate vestir esta camiseta, aunque haga ya un par de años que no disfrutemos de jugar por Europa. Jugadores que van y vienen, algunas veces a golpe de talonario e incluso a mitad de temporada.

Sin embargo, el Ademar es mucho más que eso gracias a una cantera que también es difícil de retener. Su mayor tesoro, afortunadamente, es que continúa siendo una ‘mina’ para seguir nutriendo al primer equipo en la posición del extremo y por eso son muchos los leoneses a los que hemos visto triunfar en el balonmano europeo a alto nivel. Tras casi una despedida por año, este sábado tocará decir ‘adiós’ por el momento a Adrián Casqueiro, que se despide tras ser nombrado merecidamente mejor extremo izquierdo de la temporada en la Liga Asobal. Una marcha que duele, como cada año, pero que preocupa menos porque siempre está en la mente esa ‘mina’ que te hace pensar que «otro extremo saldrá».

No obstante, personalmente, el ‘adiós’ que más me duele como aficionado es el de Juan Castro. Tras su vuelta en 2022, creo que nadie se esperaba el rendimiento que ha demostrado en estos dos años. Pura magia desde el central, haciendo mejores a sus compañeros y tirando cada partido del equipo en la faceta ofensiva con una ingente cantidad de goles impropios para su posición. ADN Ademar y leonés que, no sé por qué, dejamos escapar en 2013. En dos años, ha dejado patente dentro y fuera de la pista que es el capitán que el Ademar se merece. Pero una vez más lo perdemos. Al menos queda otro partido para disfrutarlo y ojalá sea sólo un ‘hasta luego’.

 

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