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No se podía saber

10/04/2025
 Actualizado a 10/04/2025
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Que arda el mundo, porque argumenta que la tierra quemada es positiva. El pirómano ocupa el despacho oval por gracia de 77 millones de personas que, o se comieron gustosamente su chatarra, o pensaron que las bravuconadas eran nada más que eso. La plutocracia estadounidense, listísima ella, señaló como su hombre a un tipo fiable y certero, con un impecable currículum presidencial: un asalto al capitolio, la idea de inyectarse gel para matar al coronavirus, su amor por la palabra arancel, etc. Creían que su debilidad le haría marioneta pero están viendo caer toda su millonada por elección de Donald Krasnov Trump.

En su segundo mandato, más fuerte y envalentonado, lleva The Apprentice y la telebasura a la diplomacia mundial. Saca pizarras, rotuladores que suenen mucho y decisiones anárquicas, lo que haga falta para ser el personaje principal de todos los giros de guion, de todas las últimas palabras. Protagonista del caos y del suicido económico estadounidense, pendientes de él sin cesar, pero cuando las bolsas se tiñen de rojo, se va a jugar al golf como Nerón tocando la lira. Él decide cómo y cuándo este orden se hunde. Él dictamina los aliados en base a amistades, enemistades y odios personales. Él, y solamente él, quema el globo terráqueo y el comercio mundial mientras el partido de Reagan se lo ríe.

Tiene el síndrome Norma Desmond. No quiere que nadie le olvide, ni por asomo, se ha visto en la posibilidad de ser el centro de todo, para loor o desdoro (o sueldo exterior) quiere ser el principio de una nueva era de la historia. Hace saber que la recesión entra en los planes para sanar a sus EEUU; agente del caos, pero un caos bajo su control. Como reza una de esas caperuzas made in china: ‘Trump was right about everything’. Los suyos de dentro y fuera bailan o ignoran, mientras el fuego crece y se extiende. Donald dice ser presidente de EEUU, sin embargo se revela como un destructor de lo propio y lo ajeno. Mientras ese obrero del cinturón del óxido observa cómo su voto se usa para trasladar la decadencia de Detroit a todos esos estados. No se podía saber.

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