Angel Suárez 2024

No es país para flacos

25/10/2015
 Actualizado a 19/09/2019
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Rodéame de hombres gruesos y de cara lustrosa», decía Julio César en la obra de Shakespeare, argumentando que tras el aspecto enjuto de Casio se ocultaba un espíritu inquieto, malévolo y conspirador que le mantenía en los huesos.

Pero aunque el divino César tuviese razón en recelar del flaco Casio, sus preferencias no cuadran con los cánones actuales, que sólo admiten cuerpos escuálidos o modelados en el gimnasio. Y en lo que respecta a este ideal, me atrevo a decir que los leoneses jugamos en desventaja.

Habrá provincias en España en las que uno pueda dedicar esta época del año a perder los kilos ganados en el veraneo y sacar ventaja a la báscula cara a la sucesión de banquetes navideños, pero ¿es posible hacerlo en León? Apenas se recupera uno de la depresión posvacacional le sorprende la Feria de Productos de León y, sobretodo, San Froilán. Se puede ser leonés y no comer una morcilla en esos días con pan y un buen vino de Valdevimbre, pero para eso bien se podría haber nacido en cualquier otra parte. Es tiempo de recolección, y no se ha terminado de digerir la morcilla cuando arranca la Feria de la Patata de Chozas de Abajo, 800 kilos de patatas y 200 de carne, con 600 botellas de vino, se sirvieron en ese municipio el pasado sábado. Sólo dos días antes se habían inaugurado las Jornadas Gastronómicas del Bierzo, que duran hasta diciembre y en las que participan nada menos que 45 restaurantes. ¿Cómo prepararnos para el duro invierno sin probar al menos un buen botillo con un tinto de la comarca? Y es octubre mes de setas, en el que los actos gastronómico-micológicos a lo ancho de nuestra provincia brotan casi en igual número que los propios hongos.

A primeros de noviembre la cosa se pone peor, porque le llega al cerdo su San Martín y al chivo su Feria en Vegacervera ¿Dejaremos que nos pille la primera nevada sin haber probado, bien entrecallada, la cecina «de Dios nos libre»? No se me olvida el cocido, leonés, maragato o gordonés. De este último, quizá el menos famoso, se celebran también unas magníficas Jornadas Gastronómicas a mediados de noviembre en la Pola de Gordón.

De modo que cuando llega la Inmaculada y, al igual que el resto de los españoles, tenemos que apresurarnos a buscar mesa para las cenas de Navidad con amigos y compañeros de trabajo, en esta bendita provincia no hemos hecho más que comer. Estaremos ya en campaña electoral y, dadas las circunstancias, me temo que la única institución en la que se podrá confiar será la Academia Leonesa de Gastronomía que preside Ramón Villa.
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