Imagen Juan María García Campal

Negro septiembre

03/09/2025
 Actualizado a 03/09/2025
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Ya está él aquí. Ya estamos en él. Ya llegó y nos acoge septiembre, este mes que, un año más, llega apurando el acabamiento del verano, ese final estacional que bajo la etiqueta de «nuevo curso» tanto parece querer asemejarse al bullicioso ‘año nuevo’ con sus propósitos de enmienda y vida nueva y sus consiguientes fracasos y todo y más. Sí, ya esta aquí septiembre con sus vientos pintores de ocres. Ocres que oros nos parecerán en comparación con los negros y grisáceos panoramas en que han quedado convertidos los otrora bellos paisajes de esta tierra por insustancial omisión de los mandamases autonómicos más atentos a otras economías (o suyas) y malgastos que al necesario que desde académicos sabedores y enraizados lugareños hasta tierra, agua y vientos cantaban, que: «los fuegos de verano se apagan en invierno» con trabajos de prevención. Cosa esta que, no se ha de olvidar, era para el consejero del ramo –aún no abrasado por el fuego–, Juan Carlos Suárez-Quiñones y, por superior amén copartícipe, para el presidente juntero Alfonso Fernández Mañueco: «mantener el operativo de incendios todo el año es absurdo y un despilfarro». Y aún dice el presidenciable presidente que no se ha de hacer política con los fuegos sufridos. ¿Qué pensará que hizo él, que hicieron ellos con su no hacer nada? Pues no alta política, sino ruinosa política.

Sí, ya está aquí, ya llegó, ya estamos todos en él, en el mes de septiembre, ese mes en que no solo creemos más descansados a los más necesarios de nuestros conciudadanos, sino en el que constatamos que lo están los más necios y vemos cómo han profundizado en sus simplezas y obsesiones. Hasta el punto que, teniéndonos por no sé qué cosas, se erigen no ya en nuestros salvadores –cosa harta difícil al menos en mi caso–, sino en salvadores de la patria toda. ¡Qué paciencia hay que tenerles! Más que nada por no darles el humor, el bueno, digo.

Sí, estamos en septiembre. Mas como en agosto, julio, junio, mayo y abril y así hasta febrero de 2022 u octubre de 2023 y más allá… hay partes de este mundo nuestro en que siguen en esa estación muerte que es la guerra, cuando no en la programada muerte que se desea genocidio, «exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad» que fija la Academia y que el gobierno israelí de Benjamín Netanyahu ejecuta cada día en Gaza, ahora, asesinando periodistas para convertir la muerte, el genocidio en un «agujero negro informativo». 

¡Salud!, y, aun así, buena semana hagamos.

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