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Navidad y lotería

21/12/2025
 Actualizado a 21/12/2025
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Conviene desengrasar tensiones. Desde mañana, con eso de la Lotería de Navidad y sus marcadas esperanzas colectivas, comienzan unas fiestas turroneras y de excesos permitidos, que siempre tuvieron su eje central en el Nacimiento y su portal de Belén, la mula y el buey. Ahora, sin embargo, el árbol y sus abalorios, Papá Noel, los elfos y alguna que otra mandanga importada, han colonizado, sin solución de continuidad, las casas y la inocencia de los más pequeños. Ya está implantado a machamartillo. Son las pejigueras de los nuevos tiempos, que, acaballadas, han arrumbando las tradiciones o las costumbres –cada uno que lo llame como quiera– que se creían arraigadas y sin fisuras. Que se creían. Lo que se mantiene intacto, es el espíritu confiado y mayoritario de los españoles, engendrado en los enormes bombos de Loterías del Estado durante las mañanas del 22 de diciembre, fecha esta que se tomó como fija a partir de 1992, independiente del día de la semana que fuese. Y en esas se está desde aquella. 

Buena prueba de que las expectativas (a veces) se cumplen, se dio en la capital leonesa allá por 1974, cuando el segundo premio –muy repartido entre sus clientes habituales y gente de paso– cayó en el Bar Miserias, en la avenida Álvaro López Núñez. El hecho es de sobra conocido. Lo que fue menos divulgado de ese mismo sorteo, es que el propietario del Bar la Gitana –en el Barrio Húmedo– y exjugador prematuro de la Cultural, Isaac Ferrero –abandonó el fútbol con 22 años y un futuro más que prometedor– amarró un sustancioso ‘pellizco’ con el mismo número. Él y los integrantes de una famosísima peña, ‘Los Tímidos’, radicada en el establecimiento, con los que compartió los décimos adquiridos en la administración que, por entonces, se ubicaba en un portal de la calle Conde de Rebolledo. Sus miembros, en la tarde-noche de todos los 28 de diciembre, cantaban unas irónicas (y ‘censuradas’) coplillas con un lleno de total de parroquianos –el local se hacía imposible–, en torno al ingenio de las elaboradas letras. Si la memoria no es rácana, Isaac cerró el bar el mismo día del sorteo a ‘la hora del blanco’.

Aquellas navidades fueron especiales para muchos leoneses. Volviendo al Miserias cabe destacar, que muchos de sus clientes, –como, entre otros, el recordado Florencio, de la farmacia Presa Piñán, en la calle de la Torre– se permitieron el ‘lujo’, con lo cobrado por papeleta, de adquirir el famoso Renault 12, un vehículo que para la época era cotizadísimo. Han pasado cincuenta y un años y parece una broma.

Y, en fin, así se escribe la historia. Mañana, a partir de las 9, en el Teatro Real de Madrid dará comienzo el cántico de número y premio por los niños (y las niñas, claro) de San Ildefonso, y quien más y quien menos estará oído avizor por si cae algo. Aunque sea una pedrea. En cualquier caso –y dicho está cada año– que ‘haiga’ salud. Feliz Navidad.

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