Poco a poco se va acercando la Navidad –la venida del mesías, el nacimiento de Jesús; que es, en definitiva, lo que celebramos–, para la que nos preparamos en este tiempo de Adviento. Belenes, árboles, ramos, adornos, luces… transforman nuestras casas… y también las calles de ciudades y pueblos, que cuidan cada vez más su decoración en esta época.
Hace ya unos años que Almanza –a unos 60 kilómetros al este de la capital leonesa– decidió apostar a lo grande por la iluminación navideña. Y ha resultado todo un éxito; no en vano fue reconocido como ‘Pueblo Europeo de la Navidad 2024’ por la Red Europea de Ciudades Navideñas. De hecho, se ha convertido en un referente, recibiendo miles y miles de personas. Merce y yo –y Sirius– estuvimos el otro día –y hasta tuvimos ocasión de saludar al alcalde, Javier Santiago, el gran artífice de esta iniciativa– y no es para menos. Si tienes ocasión, no dejes de acercarte.
Y es que si, ya de por sí, merece la pena visitar Almanza en cualquier momento –lo hablábamos aquí mismo hace ya un tiempo–, su iluminación navideña hace que pasear por sus calles en estos días sea muy muy especial. Además, hay un mercadillo, puestos de chocolate con churros, castañas, palomitas… Y hasta una ‘foodtruck’ de hamburguesas. Y no faltan villancicos, claro. Incluso Papá Noel ha instalado allí su ‘casa’, mientras que en ‘Villaenanitos’ se encuentran las de los siete enanitos de Blancanieves…
Más de 120.000 luces han sido empleadas en la iluminación navideña, en donde destacan unas cuantas figuras de gran tamaño distribuidas por todo el pueblo, que hacen las veces de ‘photocall’. La gran novedad este año es una enorme galleta de jengibre que, a la entrada del pueblo –en la plaza Mayor– da la bienvenida a vecinos y visitantes. Pero también se encuentra el Grinch –con su perro, Max–, los Reyes Magos –con sus camellos y sus pajes–, un muñeco de nieve, Papá Noel en trineo… Dice Merce que quedaría muy bien un cascanueces. Quién sabe si para el año que viene...