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Nadie al volante de la Diputación

22/09/2023
 Actualizado a 22/09/2023
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La cortesía política invita a dejar 100 días de margen tras la toma de posesión de los equipos de gobierno, antes de empezar a criticar las decisiones que se tomen o no se tomen. Sin embargo, en el caso de la Diputación de León, estos 100 días son un lujo que no nos podemos permitir. Entre otras cosas, porque la situación socioeconómica por la que atraviesa León no deja opción a perder ni un solo día para aplicar medidas que nos ayuden a salir del agujero donde nos vamos metiendo cada día más.

Tras el primer mes de gobierno de Gerardo Álvarez Courel, hay que reconocer que efectivamente sigue la inercia de su antecesor en el cargo y sigue haciendo lo que mejor hacía Morán, que no era otra cosa que nada, nada en absoluto. Eso de no hacer nada, desde luego que lo bordan.

El actual presidente de la institución provincial ya apuntaba maneras a los días de estar en el cargo cuando en una entrevista, al ser preguntado por su valoración de esos 10 días de trabajo, Courel marcaba como hito haberse podido instalar la firma electrónica en sus dispositivos para poder firmar con más agilidad y glamur.

No digo que obtener el certificado digital sea una cosa menor, más en estos momentos en los que la FNMT, organismo encargado de su emisión, está totalmente bloqueada debido al aluvión de solicitudes que está recibiendo para conseguir el llamado bono cultural, ese cheque de 400 pavos que parece que da Sánchez en persona de su bolsillo para que los jóvenes de 18 años se compren unos videojuegos o vayan al cine. Pero sacar pecho por poder firmar con la tablet, dice mucho de lo que nos deparará a los leoneses hasta que la UPL se canse de mamarrachadas y acuerde gobierno con el PP.

Courel, en estas semanas, además de firmar el gasto para un nuevo cochazo oficial (mira que les gustan los coches oficiales a los socialistas), también está recurriendo a la muletilla esa de que va a ser reivindicativo, que no está mal, pero no se le está pidiendo sólo eso. En la Diputación, como sucede con otras instituciones donde elegimos a nuestros representantes, debería ser obligado llegar con la lección aprendida y tener un «programa de gobierno» con unas directrices claras en relación a aspectos fundamentales como qué queremos hacer con el aeropuerto de León, con las estaciones de esquí, las cuevas y tantos otros recursos para la captación de turismo; cómo se tiene pensado intentar fijar población en el entorno rural, cómo podemos mejorar nuestras comunicaciones y telecomunicaciones, cómo atraer nómadas digitales, qué pasa con los compromisos con el deporte leonés que parece desconocer el actual presidente, cómo podemos promocionar nuestros productos más allá de una feria localista y maltratada cuya fecha en esta edición no puede ser peor que la misma que San Froilán…

Por no hacer, apuesto a que el nuevo presidente provincial aún ni ha encontrado hueco para visitar al personal de cada servicio en la institución.

Señor Courel… obras son amores, que no buenas razones.

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