Escribo en martes y aun el sentido frío que algunos llaman fresco ya me ha dado más temblores que el esencial propio y habitual y el que las matinales lecturas al cafeteado aire libre normalmente me producen, mas, con denominación de origen “Humana emoción”, me he levantado contento y resuelto a cuidar las vitales perlas que, llámese alegría, llámese voluntad, llámese humor, llámese paciencia, me habitan y procuro atesorar. Y así, comprenderán que no entre al trapo del cavernario y lenguaraz secretario general y vocero del Partido Popular, M. -M. de Miguel, no de Mariano- Tellado. Comprenderán que, habiéndome nacido en el vetusto Oviedo y próxima la fiesta de san Mateo, siga a este en su faceta de evangelista y me acoja a lo enseñado por su maestro, es decir, que no dé lo santo o sagrado -mi memoria- a los perros, ni le eche mis perlas -mi alegría, mi voluntad, mi humor, mi paciencia…- a los cerdos. Y me ahorro el más que interesante si no premonitorio resto del versículo inspirador (Mateo 7.6). Sabio el maestro sin duda; ni que hubiese previsto y leído a Lev Vygotsky y sus teorías sobre cómo el lenguaje trasluce el pensamiento. ¡Qué pena de personaje, qué calaña! ¡Qué lástima de adláteres! Mas, nada nuevo bajo el sol, ese sol al que desde siempre tanto gustó a tantos asolearse.
Nada diré del esperado advenimiento del consejero Suárez-Quiñones a la comparecencia pública, será todo un fenómeno que no se ve hace días, muchos días, casi un mes. También es verdad que tanto fuego, tanto humo y tanta banalidad (“mantener el operativo de incendios todo el año es absurdo y un despilfarro”) es como para autoeclipsarse temporalmente, sobre todo, si no hay la coherente voluntad política de dimitir, verbo que, como bien sabrá el consejero por letrado, no es un nombre ruso. Nada diré porque para la siestera hora en que ha sido convocado el pleno de las Cortes autonómicas ya habré enviado este texto al periódico y estaré prestando atención a los relatos o cuentos que respondan el ya, contra su voluntad, entrenado presidente y el -¡hosanna, hosanna!- reaparecido consejero. Mas, nada nuevo bajo el sol. Como enseña José Paya Beltrán en su “Alfonso Paso. Autor” (entre otras obras de “Vamos a contar mentiras”) hay trayectorias que son “la constatación de que entre la cima y la sima no hay apenas distancia”.
Y mientras, nada nuevo bajo el sol, continua el genocidio en Gaza, donde ya no queda un colegio en pie y algunos niños siguen siendo asesinados por el hambre. ¡Rabia y vergüenza!
¡Salud!, y buena semana hagamos.