Muy leoneses y mucho leoneses

Los leoneses tenemos nuestras cosas, muchas positivas y alguna negativa debido a nuestro carácter, lo que hace que sea tremendamente difícil ser profeta en nuestra tierra y mucho talento autóctono haya tenido que ser reconocido fuera de nuestras ‘fronteras’. A los leoneses se nos tiene que conocer para entendernos y en muchas ocasiones, no nos entendemos ni nosotros mismos. Parafraseando a Mariano Rajoy, «los leoneses somos muy leoneses y mucho leoneses».

Sin embargo, siglos de lucha contra propios y extraños y nuestra historia, nos hace tremendamente rebeldes, correosos y testarudos. Cazurros, en otras palabras, cosa que, como liberal convencido que soy, estoy muy orgulloso, aunque en ocasiones nos haga ser excesivamente individualistas y sea ese, precisamente, parte del origen de nuestros problemas.

El caso es que, cuando hacemos algo es porque nos sale de los huevos, cuando remamos en una dirección es porque estamos convencidos que es lo mejor, cuando nos sacrificamos por algo es porque creemos que realmente merece la pena y cuando somos leales a alguien es porque esa persona se ha ganado nuestro respeto a pulso, «sin tutelas ni tutías» como dijo Manuel Fraga hace 33 años.

Los leoneses, cuando estamos convencidos de algo, cuando se nos trata con respeto, cuando se ganan nuestra confianza, cuando no se nos humilla… lo damos todo generosamente, pero ¡ay! de la persona que quiera imponer su criterio sin haberse ganado antes esa confianza, entonces ya vamos cruzados. Ya puede ser la reina de Castilla, una renombrada ‘influencer del TikTok’ o una campeona mundial de peso wélter, que vamos a hacer lo contrario que nos pida hacer. Por mucho que manden a ‘dementores’ a amenazarnos con los 9 círculos del infierno de Dante y azucen perros a ladrarnos, el leonés no se amedranta, nos revolvemos como mastines.

Este carácter nuestro, en muchas ocasiones es utilizado para tenernos enredados en nuestros propios conflictos, con la idea que, mientras nos dediquemos a matarnos entre nosotros, no daremos problemas a aquellos que creen que todo esto es un coto privado suyo con la única intención de crear una sociedad anónima lucrativa de cualquier ONG, asociación o institución donde se pueda sacar una buena tajada.

No busquemos los problemas de León en otras provincias, busquémoslo a nuestro alrededor, busquémoslo en esos mediocres desequilibrados convertidos en sicarios de los poderes facticos, en los bregadores que utilizan nuestra tierra como simple trampolín, en la gente que pone palos en las ruedas de aquellos que quieren trabajar por y para nuestra provincia, en los tontos útiles que creyendo salir beneficiados, lamen el culo de los que les desprecian, de la gente que sin haber demostrado nada en la vida pretenden liderar el tan necesario cambio que León necesita, en la gente que cuando hay que arremangarse y echar la carne del asador, se acojona y se atrinchera en su zona de confort.

No dejemos que eso nos pase una y otra vez. No dejemos que otros decidan por nosotros.