Una de las causas de la catástrofe medioambiental que estamos viviendo con motivo de los incendios forestales, tiene mucho que ver con un crecimiento desordenado en las últimas décadas de las masas forestales. Miles y miles de nuevas hectáreas de matorral y monte bajo que han venido a ocupar las fincas que en su día fueron agrícolas, fincas de cultivo, de prados de siega, y de pastos bien aprovechados. Por si fuera poco, desde el año 1993 hasta el año 2023 se ejecutó un ambicioso plan de la Política Agrícola Común que consistía en forestar tierras agrarias, y se hacía sustentado en el error de que había que aumentar el monte y a la vez retirar tierras de la agricultura para aliviar los excedentes de productos del campo. Y digo error porque ni era verdad que hiciera falta más monte, más masa arbórea, ni era verdad que hubiera excedentes agrarios, al contrario, Europa se ha convertido en un exportador de alimentos de primer orden que permite dar salida a todo lo que producimos.
Nadie cuida el monte porque es un negocio ruinoso. La madera, si salvamos el chopo, no vale nada, pues se paga lo que cuesta procesarla y transportarla, y muy poco más. Nadie invierte permanentemente en lo que no es rentable, y las administraciones no tienen recursos para ‘subvencionar’ permanentemente la limpieza de unos montes en labores que son muy caras y poco eficientes. Nuestros montes, que en muchos pueblos ocupan ya casi todo el campo, están mal gestionados, no están preparados para defenderse de los incendios, y cuando hay un chispa, sea cual sea su origen, arden de cabo a rabo. Y queman pueblos enteros, o lo harán en un futuro próximo.
No se puede tener más bosque del que se puede atender. El resto deben de ser tierras de cultivo y pastos. Y el objetivo debería de ser recuperar los paisajes de los años cincuenta del pasado siglo, esos que se ven en las fotos de aquellos vuelos americanos, y cito como ejemplo, para curiosos, Oseja de Sajambre. Mientras no vuelva a ser así, cada año, decenas de miles de hectáreas seguirán amenazadas. Y se quemarán pueblos enteros.