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Matemáticas en guerra

14/10/2023
 Actualizado a 14/10/2023
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Una de las lamentaciones más habituales de la clase docente es la obligatoriedad de seguir los dictados de unas programaciones exigidas por la legislación de turno. El currículo se impone. A veces nos obsesiona, hasta caer en el error de que lo importante es lanzar esos contenidos, como esos carros repletos de pelotas de tenis que se deben vaciar para que las devuelvan como puedan. ¿Así aprenderán a jugar?

Y si hay una disciplina que sale perjudicada por esa inmediatez y premura es la de Matemáticas. Consultaba a mi amigo Raúl, ingeniero y excelente docente. Se lamentaba sobre el inconveniente de la falta de tiempo que impide algo tan básico como el razonamiento pausado y la demostración. Están instalados en la impaciencia.

También Jordi, exalumno que fue estudiante del Bachillerato de excelencia y ahora universitario en ciernes, alababa la exactitud matemática, los cálculos, la minuciosidad, tan necesarios para que los grandes avances en terrenos como la informática hayan sido posibles.

Y es que la cocción a fuego lento y la solución meditada, es consustancial a la lógica matemática que proporciona importantes herramientas incluso para la toma de decisiones cotidianas.

¿Conocen la reducción al absurdo? Si parto de algo que creo que es cierto y llego a algo que es absurdo demuestro que el punto de partida es erróneo. Analicemos una triste situación de aprendizaje: la guerra que ha estallado en Oriente Medio; creer que Hamás iba a permanecer callado ante una situación como la existente entre Israel y Palestina es una ingenuidad; el contexto parte de la presunción de la ONU que pretendía cerrar una herida en falso dividiendo Palestina en dos Estados, uno judío y otro árabe separados por una valla, en la que una parte, Gaza, denominada la «cárcel del mundo», es la desfavorecida: una falacia inicial que ha cronificado en un absurdo polvorín y en una espiral de conflictos.

El contraejemplo es otro caso de razonamiento matemático plenamente aplicable a esta triste guerra infinita. Buscamos máximas universales sin fisuras, y el contraejemplo nos descoloca. Si asumimos que el pez grande se come al pequeño, en el conflicto que analizamos el pez pequeño se ha lanzado a dar dentelladas al todopoderoso estado israelí, pillándole por sorpresa, en una serie de ataques sorpresivos y programados que han fulminado sus sistemas de vigilancia en pleno Sabbat, su día sagrado. Pero este contraejemplo, auguran los expertos, no vulnerará la regla general. Israel es cetáceo poderoso e implacable.

Razonamientos y operaciones, resolución de problemas, estadística, cálculo de probabilidades, útiles herramientas matemáticas que encontramos en el día a día y que por tanto nuestros estudiantes deben conocer.

Es ilógico entrar en guerra con ellas, apartarlas de nuestra vida sería una absurdo, como lo es cualquier guerra.

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