El 23 al 30 de julio, todos los ojos estarán puestos en el certamen Míster Internacional, y nuestra ciudad tendrá el honor de ser representada por Rubén Monteserín. A primera vista, es fácil quedarse prendado de su físico esculpido y su atractiva sonrisa, pero detrás de esa imagen de perfección hay mucho más: una historia de esfuerzo, perseverancia y una dedicación inquebrantable que lo convierten en un verdadero ejemplo.
A menudo, la belleza, ya sea en hombres o mujeres, se asocia erróneamente con la superficialidad y una vida sin contratiempos. Pensamos que aquellos bendecidos con un buen físico lo tienen todo «regalado», pero nada más lejos de la realidad para Rubén. Su vida no ha sido un camino fácil; las circunstancias personales le obligaron desde muy joven a «buscarse la vida». Sin embargo, lejos de lamentarse, su increíble fuerza de voluntad lo impulsó a seguir adelante, convirtiendo cada obstáculo en un escalón para superarse.
El lema de vida de Rubén es claro: esfuerzo y perseverancia. No se conforma con lo mínimo, y cada tarea que emprende la hace con la convicción de hacerla bien. Esta filosofía se refleja en su día a día, especialmente en su pasión: el deporte. Entrena con una disciplina férrea porque, como él mismo sabe, «el que algo quiere, algo le cuesta».
Rubén no solo vive el deporte, sino que también lo comparte. Como entrenador personal, lo vemos a diario entregarse con el mismo entusiasmo tanto con atletas que buscan esculpir sus músculos como con personas mayores, a quienes anima y ayuda con una paciencia y cariño admirables. Es un verdadero entrenador del cuerpo y también del alma, con una intuición y capacidad de observación únicas. Sabe percibir cómo te sientes, cuándo necesitas un empujón extra o, por el contrario, cuándo una de sus gracias puede aliviar la carga.
Pero el compromiso de Rubén va más allá de su trabajo y su físico. Es un profundo amante de su tierra, de la que presume con orgullo. No olvida sus orígenes lacianiegos, y como muestra de su arraigo, llevará con honor el traje de Laciana al certamen de Míster Internacional.
Rubén Monteserín nos representará con su cuerpo proporcionado y su sonrisa cautivadora, sí, pero también lo hará con los valores de un hombre trabajador que se apoya en la superación como su estímulo diario. Es un digno representante que llevará nuestra tierra con dignidad, y conociéndolo, sabemos que dará lo mejor de sí mismo en cada momento.
¡Mucha suerte, Rubén! Ya has puesto todo tu corazón y esfuerzo en estos meses. Ahora solo queda que el mundo sepa apreciar no solo tu belleza visible, sino también esa belleza tan bonita que no se ve, pero que se refleja en cada gesto y en tu trato hacia los demás.