Manual para no acordar nada

Si alguien esperaba un acuerdo entre partidos a sesenta y cuatro días para unas elecciones siento llamarle ingenuo. Si además creía posible ese pacto entre PP (y su socio de gobierno Vox) y PSOE lamento constatarle que también es un iluso. Tanto el ofrecimiento de acuerdo como la intención de negociación de un pacto por la Sanidad en Castilla y León han vuelto a ser una mera coartada para taparse las vergüenzas de la incapacidad para ningún consenso relevante que no afecte a su remuneración. Ni PP ni PSOE quieren acordar nada. Sin embargo los socialistas han caído de nuevo en la trampa de los populares para demostrar, una vez más, la inconsistencia manifiesta del PSOE de Luis Tudanca que siempre se dice dispuesto a una negociación y nunca llega ni a sentarse a la mesa.

Al PSOE no le interesa negociar sobre la Sanidad. Es coherente en esta postura desde hace varias legislaturas porque ante la gravedad del problema es más rentable jalear pancartas que aportar soluciones impopulares. Su manual para romper de forma estética una negociación parte imponiendo condiciones previas inaceptables. Una argucia ingeniosa la primera vez pero que ya nadie compra por desgaste. Negociar implica ceder igual que conversar implica escuchar.

Nadie va a consensuar nada lanzada la precampaña. No importa que nuestra Sanidad padezca una enfermedad crónica y quizá terminal de escasez de profesionales y recursos que imposibilitan una atención digna y eficaz al paciente. Ni las listas de espera, ni el colapso de la Atención Primaria dando citas a meses vista, ni la inabarcable atención presencial en nuestro vasto territorio. Nadie porque ya lo sabían. Los informes alertando de la falta de sanitarios acumulan polvo desde hace una década.

El teatrillo del presunto pacto en las Cortes fue tan inútil como la moción de censura de Vox en el Congreso. Meros pasatiempos con epitafio de Ramón Tamames: «Buscan la división y la separación, y eso no es correcto».