En el campo hemos aprendido, hace muchos años, que los trabajos se pueden hacer a mano o con máquinas. Y las máquinas, por razones de competitividad, son las que le han comido el terreno a las cuadrillas de trabajadores que avanzan poco y se sostienen con nóminas muy gravosas. Cuando ahora todo el mundo mira al monte, al que no se ha quemado, y son muchas las voces que reclamamos trabajos de limpieza y conservación para evitar o minimizar los incendios, algunos piensan, equivocadamente, que se resuelve contratando cuadrillas de operarios armados de hachas, motosierras y desbrozadoras de mano. Cuadrillas de operarios sin formación, con pocas ganas de trabajar –por lo general- y sujetos a las inclemencias del tiempo al ser un trabajo en sitios agrestes. Unos días por lluvia y otros días por sol, la cuestión es que el tajo no avanza.
Los trabajos que hay que hace en el monte, para mantenerlo limpio, con accesos y cortafuegos, y con ello prevenir los incendios y facilitar las labores de extinción cuando se producen, requieren de maquinaria forestal pesada, y lo demás es un cuento. Maquinaria capaz de desarrollar mucho trabajo con poca mano de obra y competitiva en costes, maquinaria que no hay que inventarla, pues ya existe, y que está en manos de empresas y emprendedores privados que se dedican a esas actividades forestales. Y la solución no es que lo hagan los buldócer del Ejercito, ni cuadrillas de empleados públicos, es que lo haga la empresa privada con recursos públicos. Porque ningún monte es económicamente rentable para acometer estas mejoras con los recursos que genera, salvo que sea un plantío de chopos.
Y en esta labor de limpieza del monte hay que tener en cuenta que los trabajos más eficaces, por sus resultados, los que conllevan un menor coste, y los más sostenibles, son los que se llevan a cabo mediante quemas controladas. Un asunto tabú que, guste o no, se va a poner de actualidad si de verdad los incendios han marcado un antes y un después y si de verdad, a partir de lo que ha ocurrido, van a cambiar algo las cosas.