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Mamandurria y poder

10/12/2023
 Actualizado a 10/12/2023
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En estos tiempos tan desastrados y desastrosos para la política española, el día a día es una permanente tomadura de pelo al españolito de a pie. Un circo, (en su acepción de caos). Y a la vista está. En cualquiera de los ámbitos y en todos los niveles, se induce al vómito colectivo. Empieza a notarse el asco. Y (casi) nadie se escapa de los descarrilamientos y de los escándalos guionizados para tontos. Porque con fundas para tontainas –unos más que otros, claro– pretenden encapsular a la gente. Ahora, aunque esto se viera venir de lejos, es la ultraizquierda quien anda a palos. Y de los gordos. Esa ultraizquierda jacobina que quería asaltar los cielos a cualquier precio y se está quedando en el desván. Debajo de los tejados. Como los murciélagos. 

Entre el revoltijo de pensamientos que es Sumar, y el desvencijado, herido y arrumbado Podemos se ha desenterrado el hacha de guerra. Se acabó la concordia. Se terminó el buen rollito. La ideóloga del sí es sí, la desencuadernada Irene Montero, que no fue siquiera en las listas del 23-J por orden expresa de la rubia (de bote) más rubia del Gobierno, quería continuar de ministra. Alma de cántaro. Ni de ordenanza en el Ministerio la habría recolado la inescrutable gallega. Se le terminó el chollo a la vecina de Galapagar. Y, de retruque, a otras varias colegas. No obstante, tienen un suculento paro, cuyo devengado resulta irritante para cualquier padre de familia en desempleo. ‘C’est la vie’, amigo. Y cagajón para el último.

Y como todo son traiciones y ‘puñalás’, el PSOE de Sánchez anda con el culo apretado tras conocerse el divorcio de las ‘yolis’ y las ‘belarras-monteros’. Y lo tiene encogido porque a pesar de que las hijas del putativo (político) Pablín Iglesias, hayan asegurado que no colapsarían la gobernanza de España, el temor en Ferraz sigue latente. Lo suyo –cuentan las colegas de Echenique– es hacerle la puñeta a Sumar y no al arrendatario de La Moncloa. De momento es lo que dicen esos corazones atribulados y arrítmicos, que en sus inicios fueron anti casta vociferante y ahora son alcurnia de suficiente elevación.

Pero como Sánchez conoce el percal por aquello de los cambios de opinión, el mozo del madrileño barrio de Tetuán –que allí nació el prestidigitador de leyes y amnistías socialistas– tiene la mosca detrás de la oreja. Si él ha mentido a diestro y siniestro y de proa a popa, ¿cuál es la razón para que los morados de Podemos –que morados tirando a bermellón se han puesto algunos (y algunas) por otras causas– no tomen la misma trocha? Ese es el desasosiego, el acojone, por mucha sonrisa ‘profidén’ y falsas carcajadas en hemiciclos, como cuando la sesión de investidura del ínclito mentirosillo. La historia podría repetirse. Y lo saben.

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