Supongamos que formulamos al expresidente Zapatero, a Iglesias, al propio Sánchez, o a usted mismo, la siguiente pregunta: ¿Qué es más urgente: sacar a Franco del Valle de los Caídos o sacar a Maduro de Venezuela? Me gustaría saber la respuesta. Probablemente no faltarán quienes consideran prioritario lo primero. Personalmente creo que el sentido común dice que Franco en este momento no es ningún peligro, mientras que miles de venezolanos sufren una dictadura y una crisis sin precedentes, con miles de muertos, hambre, falta de medicinas, represión… y, lo que es más vergonzoso, no dejando llegar a las pobres gentes la ayuda humanitaria que tanto necesitan. Algo que clama al cielo. Pero el dictador bolivariano, aunque parezca mentira, tiene significativos defensores en España.
Consciente de que lo que decimos puede irritar a más de uno, y aunque las comparaciones sean odiosas, me atrevo a comparar las dos dictaduras, la de Hugo Chávez, ‘padre político’ de Maduro, y la Franco. Todo es cuestión de hacer un poco de auténtica memoria histórica, y no la que nos quieren imponer. La primera ha llevado al pueblo venezolano a la ruina total y a la aniquilación de la democracia. A la muerte de Chávez le sucede un dictador mucho más cruel. Han convertido uno de los países más ricos del mundo en un verdadero infierno. La obsesión de Franco era el progreso económico de España, empezando por la agricultura con los tan injustamente ridiculizados pantanos o el exponencial desarrollo de la industria. Hablamos de la época del Seat 600.
Franco preparó a conciencia su sucesión y él mismo pensó en la persona de Don Juan Carlos de Borbón. La llegada de la democracia fue casi automática. Se habían creado unas condiciones que permitieron al pueblo, incluidos los nuevos políticos, tener un comportamiento ejemplar. Si España estaba dividida, la reconciliación no se hizo esperar, dando lugar a la época de paz y prosperidad más duradera de la historia de España. Justo lo contrario de lo que algunos pretenden ahora, de manera irresponsable e insensata, tratando de reabrir viejas heridas ya cicatrizadas y permitiendo incluso la ruptura actual de España. Y, lo que es peor, tratan de imponernos dictatorialmente su visión sesgada de la historia. Ya está bien de que nos tomen el pelo. El problema es la intoxicación permanente que están recibiendo nuestros jóvenes, que a veces se creen todo lo que les dicen estos insensatos y manipuladores. ¿Dictaduras? Ninguna. Tampoco las nuevas, que son cada vez peores.

Maduro y Franco
26/02/2019
Actualizado a
16/09/2019
Comentarios
Guardar
Lo más leído