12/05/2023
 Actualizado a 12/05/2023
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El pasado domingo fue el día de la madre, y como mujer e hija no podía obviar esta fecha.

Hace poco leí una cita, a mi parecer, muy precisa, que recoge a la perfección qué es ser madre: «¿De qué manantial mágico sacó fuerza mi madre para hacer todo esto? Debió de tener una gran fuerza, una fuerza oculta, la fuerza del amor, la fuerza de una voluntad férrea para resistir y velar por nosotros».

Como verán, no habla de lo bonita e idílica que es la maternidad, sino de esa fuerza interior que tienen las madres. Son seres imparables que darían la vida por sus hijos y que no importan las circunstancias, su único objetivo es que sus ‘crías’ estén bien, por encima de ellas.

Creo que si preguntas a cualquier madre te dirá que lo mejor de sus vidas son sus hijos, pero pocas aceptarán que no ha sido un camino fácil.

De un tiempo para acá, cada vez son más las mujeres que hablan libremente de la maternidad, mostrando la verdadera cara, en la que también hay miedos, dudas, inseguridades y sentimientos negativos. Hace poco, vi unos vídeos en la red de madres primerizas que relataban su proceso, desde el momento de quedarse embarazadas hasta que el bebé cumplió el año. Entre los diferentes relatos pude escuchar testimonios donde se sinceraban y mostraban sus sentimientos sin filtros. Pude observar mujeres que tras dar a luz y tener a su bebé en el pecho haciendo el piel con piel no sentían ese amor inmenso que se supone que tienes que sentir; mujeres que al llegar a casa con su bebé en brazos por primera vez se han preguntado si han hecho lo correcto trayendo al mundo a un nuevo ser; mujeres con depresión postparto, con lactancias dolorosas, con problemas de aceptación de los cambios que ha sufrido su cuerpo…

Creo que todo esto es positivo, hace unos años era impensable que una madre dijera esto en alto. Es importante visibilizar los problemas reales y no romantizar este tema, porque la mujer se somete al cambio principal de su vida, tanto física como moralmente y pasar por esos sentimientos negativos no te hace ser peor madre.

Considero que el papel de la maternal, inevitablemente y naturalmente, es diferente al paternal. Generalmente, aunque el padre se involucre plenamente en la crianza y educación de los hijos, la madre tiene ese instinto animálico, ese instinto maternal. Posiblemente, una de las fuerzas más potentes.
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