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Lucha leonesa

13/11/2025
 Actualizado a 13/11/2025
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El fin de semana pasado se celebró el ‘corro’ que pone fin a la temporada de Lucha Leonesa: el de la Ribera contra la Montaña..., y acabó muy malamente. Nada nuevo bajo el sol; de siempre, este es un ‘corro’ que tiene un añadido de polémica, de sana rivalidad; es, salvando las distancias, un Athletic-Real Sociedad de San Sebastián, donde se juegan mucho más que tres puntos: se juegan la honra, sinónimo de honor. Este año, como desde hace diez, ganó la montaña, aunque, según cuenta el tío Fulgencio en su crónica, de mala manera. Pues resulta que uno de la ribera, que había tirado a cuatro adversarios, se medio lesionó y llamó al galeno. En esto, la mesa anuncia que «el luchador tiene dos minutos para volver a ponerse el cinto, y, si no lo hace, será eliminado». ¿El resultado?, pues que sí, el chaval fue descalificado.

Uno (ya os lo he contado aquí varias veces), es un forofo del rugby, ese deporte de canallas practicado por caballeros (aunque también pasan cosas en la melé que sólo sus integrantes conocen). Si lo que le ocurrió al pobre chico pasase en este bello deporte, nadie, incluso sus oponentes, dirían ni pío y esperarían a que estuviese recuperado o fuese sustituido por un compañero.

Sin embargo, y según sigue contando Fulgencio, el capitán montañés acuciaba a la mesa para que controlase, milimétricamente, el tiempo, no fuese que al cronometrador se le fuese a ocurrir dormir una siesta o algo así. Fue, sin duda, una aptitud poco edificante, por ser suave en el calificativo. A ver, está claro que en todos los deportes todos quieren ganar...; lo que parece, también, es que no hay que desearlo a cualquier precio. Y la montaña sí lo hizo. A partir de ahí, el desbarajuste: Los luchadores de la ribera salían al corro y levantaban la mano de su oponente dando por perdido el combate. El resultado es que la montaña gano su undécimo gallo consecutivo. Y se alegraron, y cantaron y todas esas cosas que se hacen cuando uno está feliz y contento por haber alcanzado un objetivo.

Uno es de la ribera y, en su momento, estuvo muy involucrado en la lucha leonesa, cuando Miguel Verduras ejercía de presidente, y siempre vio que el ego de alguno de los ‘gallos’ (así llaman en Canarias a los mejores), era tan grande que necesitaba otro planeta para que le cogiese.

La culpa, cree uno, es porque la lucha es un deporte endogámico, como los matrimonios de conveniencia medievales, con un área super restringida de practicantes y de público, en la que, por desgracia, nos conocemos todos y sabemos de qué pie cojeamos. Dos días antes del corro, celebrado en una localidad de alfoz que no llega a dos mil habitantes, con un polideportivo de chiste (¡dónde están los tiempos aquellos en que se llenaba el Pabellón de Deportes de la capital!), Fulgencio, el maestro Fulgencio, hizo una entrevista a José Luis Ferreras, ‘el Chopo’ de Vegas, en la que quedó clarísimo que, para ser un gran campeón, de los que recuerda la gente por muchos años que pasen, hay que ser buena persona. ‘El Chopo’ es un cacho de pan con patas, una de las mejores personas que uno ha conocido en su vida, al que puedes pedir el cielo que, si pudiese, te lo daría. José Luis seguramente fue el último luchador que se llevaba bien con todo el mundo, incluso con los de la montaña. Y lo hacía porque para él la lucha es un deporte, nada más y nada menos..., no una actividad de la que podía lucrase, que, también, y dada su calidad y potencia, algo le calló.

El asunto es que hoy, por desgracia, la lucha es algo residual en el espectro deportivo leonés: hay luchadores, sí, pero no público y los padres (sobre todo en las categorías inferiores), son ‘hooligans’ igualitos a los que la preparan en los partidos de fútbol infantiles y juveniles.

Sé de lo que hablo, porque hace treinta años (¡parece que fue ayer!), cuando llevaba la liga infantil, tuve que soportar a algún descerebrado de los que hablo. Al final te das cuenta de que, por mucho que intente la Diputación y la Federación, la lucha está herida de muerte: si no va público a los corros, es, lo mires como lo mires, cinca de mano. Y otro apunte más: Miguel Verduras era más socialista que Pablo Iglesias, el bueno. ¿Sabéis quién le apoyó más durante su mandato, que fue largo? Los de Pp, que manda cojones, sobre todo otro cacho de pan con patas que se llama Javier García Prieto...; es lo que da el campo, no lo dudéis. Salud y anarquía.

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