miguel-soto.jpg

Los zapatillos

23/10/2022
 Actualizado a 23/10/2022
Guardar
Sucesora de Chicfy en España, a quien dicen que se comió diez kilos mediante, Vinted es una plataforma lituana de venta de ropa se segunda mano que funciona bastante en nuestros vecindarios. Seguro que en el tercero C o en el bajo primera y también en el ático de su portal hay un usuario de Vinted. Se utiliza para dar salida a prendas que ya no se quieren y poder adquirir así otras nuevas, como hace una amiga que es fashionista a muerte y en Vinted suelta lastre después de haber arrasado en Zara. Se usa para recuperar algo de la pasta derrochada en caprichos, como el colega que vende todas las Jordancitas que le compró a su niña y nunca puso. O para, con lo recaudado, hacer frente a la compra de productos necesarios sobrepreciados por la maldita inflación, como la berza o la coliflor.

Lo novedoso de estas plataformas tipo Vinted es que se pueda vender en ellas, y que se logre. Usado ya se compraba hace tiempo. En León había veinticinco años atrás tiendas de segunda mano de éxito, como la Capitán América de Lope de Vega, que escogían su oferta con gran criterio. Pero esas tiendas no aceptaban material, por lo que algunos nos lo montábamos por nuestra cuenta y mercadeábamos entre conocidos más o menos cercanos y así renovábamos el guardarropa. Necesito unos playeros azules. Pues yo tengo, te los dejo baratos. Venga, trae para acá. Ni el miedo a los pies planos, el pie de atleta, el tufo a Flor de Esgueva o el trabajo de uñas roedoras nos detenían. Camisetas Quicksilver que me llegaban casi por las rodillas pasaron a llegarles por los tobillos a otros, y tan contentos.

Hace unos meses, haciendo mucho que no pisaba una tienda de segunda mano ni traficaba con prendas con los colegas, me descubrí queriendo hacer hueco en el armario con el anhelo de que Vinted me facilitase el desalojo. Puse anuncios de tres, cuatro, cinco artículos. Tuve paciencia. Y desesperé. Lo más que conseguí fue un amago de regateo con una franchute que se interesó por unos zapatillos Vans rollo mocasín. Pero nada, ni para berza ni para coliflor. Los bajé de precio y ahí siguen todavía cogiendo polvo virtual. He debido de perder toda destreza comercial, porque a mí nunca se me habrían resistido esos zapatillos de material sintético, sin plantillas, con cuatro pespuntes sueltos en la puntera y sin una pizca de nobleza por más untados de grasa de caballo que estén (que brillan más que las botas del jefe de Los Potros). El crecimiento del comercio entre particulares a través de aplicaciones como Vinted puede que contribuya a una mayor contaminación por el aumento de transporte que conlleva, pero conmigo puede estar tranquilo el planeta, no vendo una gamba.
Lo más leído