Los de provincias

Hay que ver. Llegas a la gran capital y se piensan que vives en una cueva o algo así. No es la primera vez que oigo la expresión de ‘los de provincias’. No soy de ninguna provincia, vivo en una ciudad. Ciudad que probablemente ni te suene, o te limites a decir que no se te ha perdido nada ahí.

Adoro Madrid en general y todas las posibilidades que ofrece. Pero a veces a los de aquí les sale esa vena chulapa, de verbena de San Isidro, que sólo deja entrever cierto ‘catetismo’ peor que el de cualquier provinciano. Ese ego capitalino y corto de miras. No es que me moleste ser la chica de provincias.

Me encanta León, me encanta decir que soy de León, y lo defiendo allá donde voy. A pesar de que la gente se piense que es la típica ciudad que no tiene nada que ofrecer. Pequeñita, con poco para hacer. ¡Ay! Pobres ilusos. Hoy será el último día de verano que escriba esta columna y coincide también con que vuelvo a mi ciudad a pasar una temporada. Operación salida y con muchas ganas. Por eso me gustaría animar a todos los que no conocen las provincias a que salgan un poco de la gran urbe, que se aireen, que respiren aire fresco y se tomen la vida con más filosofía. Porque los de provincias vivimos muy bien. Podemos ir andando a casi todas partes, también en bici, sin que estresados al volante te perturben el paseo. Podemos ir a una piscina pública sin tener que pagar 6 euros. Y lo más importante: podemos disfrutar de ella. Hay sitio para todo el mundo y puedes incluso nadar. Aunque presumáis de barrios para iros de cañas, nadie sabe cómo nosotros irse de cortos y tapas. Y qué decir de salir. No necesitamos pagar cantidades indecentes por pasarnos toda la noche en una discoteca, que tampoco es que sea lo más, me vais a perdonar. Lo mismo para ir de turismo. León es la gran desconocida para muchos, pero no conozco a nadie que a su marcha no se quede absolutamente enamorado. Sus calles, su ambiente, sus rincones, sus bares, y por qué no, su gente. Si, esos que consideráis de provincias. Os diré una cosa: León es calidad de vida. Quien se ha ido y vuelve, lo sabe. Por la gente de provincias.