21/11/2023
 Actualizado a 21/11/2023
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Hace un par de años en este mismo medio escribí un artículo titulado ‘Pedro y el lobo’, haciendo referencia al cuento popular, y entre otras cosas decía lo siguiente: «Tal vez es lo que está pasando ahora en España. Se nos advierte de que vamos por mal camino, que el social comunismo nos lleva a la ruina, que vamos a ser como Venezuela, que la democracia está en peligro, que viene el lobo… y mucha gente no se lo cree. Hemos oído decir que las cosas van mal, pero, como de momento parece que no nos afecta, estamos muy tranquilos como si no fuera a venir. Incluso podemos decir que el lobo ya ha venido y está haciendo sus estragos ante nuestra pasividad e indiferencia». Y terminaba el artículo diciendo: «En el orden sociopolítico creemos que también se está haciendo realidad lo de Pedro y el lobo. Más aun, el lobo también podría llamarse Pedro» (15-III-2021).

En el momento actual se cuentan ya por millones los españoles que son conscientes de la cruda realidad y por eso han están saliendo en masa a las calles. No sabemos cuántos serán los españoles que aún no se han enterado de la gravedad de lo que ocurre. No es cuestión de la típica y normal rivalidad entre partidos políticos, siempre predispuestos a la alternancia en el poder. Es la obsesión patológica de un individuo por permanecer en el poder a cualquier precio, sin escrúpulos y es el comienzo de una dictadura bolivariana, al estilo de las caribeñas.

Ha quedado patente la ingenuidad de quienes aún confiaban que no se iban a consolidar los pactos de la vergüenza. De ninguna manera podrían desaprovechar esta oportunidad y estarán dispuestos a agotar la legislatura, aunque España se arruine, pues España no les importa lo más mínimo ni a unos ni a otros con tal de mantenerse en las respectivas poltronas. Nos encontramos, pues, ante un proceso que, salvo a un milagro, parece irreversible. 

A pesar de todo, son muchos los que se preguntan qué se puede hacer para poner freno a esta locura, si es que no vuelve a haber elecciones hasta que seamos cuatro años más viejos. ¿Saben ustedes lo que significan cuatro años en estos tiempos? Si no se convocan elecciones, si el Tribunal Constitucional no es de fiar, si el Rey no puede hacer nada, si una mayoría absoluta de diputados no está dispuesta a renunciar a sus ingresos suculentos, si Europa se lava las manos, si a la justicias le atan las manos, si la gente se cansa de salir a la calle, si el lobo sigue siendo un animal protegido… ¿qué podemos hacer? Cualquier cosa menos resignarnos.

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