06/03/2023
 Actualizado a 06/03/2023
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Las leyendas leonesas son expresiones culturales transmitidas de generación en generación, provenientes de una tradición oral, y hasta podrían ser la génesis o constituir el germen de nuestra usanza literaria. Si bien son las mismas que han jalonado la mente de nuestros antepasados, para dar rienda suelta a su fabulación, sobre unos hechos que, supuestamente, sucedieron al lado de cuevas, pozos, fuentes o lagunas de montaña.

Abelgas, Ángela Álvarez: «Era una señora a la que vieron caminar por la Sierra, tapada con un ‘rebociño’, (manto), en dirección al pozo Graichero al que se tiró. Un tiempo después, las piedras o cuentas del collar salieron en una fuente de Santaolaja». (Santa Eulalia de las Manzanas), a unos tres km del lugar de los hechos.

Otra más, versión materna: «A la laguna de Riolago, en Babia, se tiró una moza, embarazada del tipo más rico del pueblo, y las sartas salieron en la fuente de ‘Las Bartolas’, en Abelgas». Más de diez kilómetros separan ambos puntos.

Omaña, de doña Enedina García, (D.E.P), de Montrondo, nos la facilita, mi buen amigo, Paco Álvarez: «Ocurre en la laguna de El Pozo Hollado, donde una serpiente de siete cabezas atemorizaba a la población… hasta que fue reducida por una cruz». ¿Utilizada como amuleto?

Desde Aralla, Modesto Suárez: «Una vecina del pueblo fue embestida por un toro, hasta que, al huir, cayó en la laguna de la Trienda desapareciendo en pocos segundos. Pasado un tiempo encontraron sus pendientes, ya que salieron en la fuente de Palacios».

Verdad, mentira, fabulación, ucronía… ¡Y qué más da! Lo cierto es que ahí están, por si quieres escucharlas, y recuerda que forman parte de nuestra intrahistoria.

Además de las leyendas podríamos incluir en el mismo saco, por el mismo motivo y fin mitológico, la búsqueda de tesoros, aunque nada más sea por los relatos ilusorios del acervo popular. Salud.
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