Jorge Brugos

Al leonesismo todavía le queda la Cultu

26/05/2025
 Actualizado a 26/05/2025
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La Cultural se ha convertido en una referencia en la ciudad, en la sociedad leonesa y en el ecosistema idiosincrático cazurro. Si antaño, quizá por las opciones mermadas de competir, se percibía con cierta indiferencia o desazón todo lo relacionado con el conjunto de la capital, ahora uno vibra cuando ve el ambiente en el Reino de León. A lo mejor la costumbre, a pesar de que el ser humano es un animal de esa naturaleza, nos ha hecho caer en la desgraciada rutina de normalizar la ferviente afición por ver jugar a la Cultu, pero ya les digo yo que ya les gustaría a otros equipos de la misma categoría como el Hércules, club de la ciudad en la que vivo, conseguir la misma afluencia en el Rico Pérez. Bien es cierto que son proyectos distintos, que nuestro interior ruge como un león infundido por la certeza de poder estar en Segunda, en el caso del conjunto alicantino sus aficionados saben que el ascenso a la categoría de plata es un trabajo hercúleo. 

Más allá de las esperanzas puestas en la inversión catarí, lo que ha cambiado en León hacia el apogeo de la ilusión es la falta de referentes claros en la región. Si en otro tiempo teníamos otros líderes sociales en los que mirarnos o en los que depositar nuestra fe profana del chamanismo cultural, ahora los únicos que no dan vergüenza ajena son los héroes deportivos. La degradación política ha hecho que el Nodo democrático sea eclipsado por las hazañas futbolísticas. Ya ocurrió en la Eurocopa del pasado año, en la que los jugadores consiguieron unir más a los españoles que los que les pagan para ello, y ocurre así con una Cultu en la que el leonesismo sacia sus instintos ante el postureo sistémico. Se ha ido Luka Modrić del Real Madrid y ya hay algún mitómano ajeno deslizando la idea de levantar una estatua en su nombre. Ya no confiamos en los que nos gobiernan, la religión moderna sustentada en la democracia ha quedado obsoleta, no votamos con convicción sino por prevención. Cuando ocurrió la Dana de Valencia o el apagón nacional seguramente hubiésemos estado más serenos si Modrić hubiese estado a los mandos y Manu Justo fuese el que ejecutara la estrategia.

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