León es una provincia maravillosa, de eso no le cabe duda a nadie. Por patrimonio natural, por tradiciones, por historia, por gastronomía y por otro sinfín de cosas. Tenemos una fuerte identidad, de tal manera que, un leonés, vaya donde vaya, suele decir inmediatamente que es de León tras decir nombre y apellidos, como si fuese un título nobiliario.
Esta forma de ser nuestra, queda de manifiesto en la multitud de foros, congresos y conferencias que se vienen organizando en nuestra provincia. A los asistentes de turno y, sobre todo, a los políticos en sus ponencias inaugurales, se les llena la boca de todo el potencial de crecimiento que tenemos en cualquier campo. Discursos onanistas pensados para arrancar el aplauso de los asistentes y salir con un chute de autoafirmación, que nos dura hasta llegar a la barra del bar, sitio que nos encanta para quejarnos de lo que podemos llegar a ser, pero no somos.
Ahora tenemos un lamentable ejemplo de esto que les cuento, protagonizado por la maltratada Feria de los Productos de León. Un escaparate espectacular de nuestra gastronomía que, como tantas otras cosas, carece de ambición y visión comercial global, pero bueno, no deja de ser uno de los buques insignia de la Diputación de León en materia de promoción.
Pues resulta que este año, a la Diputación se le olvidó mandar al ayuntamiento de León la reserva para el Palacio de Exposiciones de la fecha tradicional del puente del Pilar, teniendo que meter la Feria a calzador en el puente de La Constitución. Se ha olvidado la Diputación, la de León, no la Junta ni ninguna de sus consejerías. ¿Se imaginan si el olvido hubiese venido de la administración autonómica? La que se habría preparado… no lo quiero ni pensar…
El ayuntamiento de León, con su también leonesismo retórico, no se libra de parte de su responsabilidad en todo este asunto. Me cuesta creer que, en el ayuntamiento, entre técnicos y políticos, no fueran conscientes de que cada año se repite la Feria de los Productos de León en el puente del Pilar, cuando formalizaron la reserva del espacio en esa misma fecha para el Incibe. Parece a mala idea.
El caso es que, quien debe velar por los productos de León, la Diputación, ha vuelto a demostrar una sorprendente dejación de funciones, a pesar de lo grandilocuente de las palabras que pronuncien en la inauguración de la feria. Si los productos de León son cada vez más demandados, lo son a pesar de ellos.
Los que seguro que no tienen ninguna culpa son, ni el funcionario de turno al que le quieran endosar el error ni, por supuesto, los productores de León que bastante tienen con haber tenido que modificar sus agendas y previsiones.
No lo quiero ni pensar, pero me lo veo venir, que, en el puente de La Constitución, el Palacio de Exposiciones esté parcialmente ocupado por otro compromiso, la Feria de Productos de León tenga que prescindir de espacio y haya que decirle a algún productor que, después del cambio de fecha, encima se queda fuera. Pónganse en lo peor.