10/11/2021
 Actualizado a 10/11/2021
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Llegaron desde lejos, desde lo más lejano, las grandes estepas retumbaban. Imagino el pánico. A nosotros nos ha llegado lejana su leyenda de fieros, de crueles, indómitos, de idéntico terror para bárbaros y ciudadanos. En la memoria de la Historia se ha grabado la imagen de unas hordas que despreciaban la agricultura y las edificaciones, que vivían sobre sus caballos, literalmente: a caballo se desplazaban, en caballo se reunían, dormían, fornicaban e incluso cocinaban la carne aplastada entre las grupas y los muslos del jinete. A distancia de siglos siguen provocando estremecimiento los gritos desgarrados de sus víctimas y la devastación que dejaban a su paso. Huele a sangre en los arroyos, a cimientos calcinados, a lágrimas incapaces de deslizarse en la suciedad de los rostros. Su solo nombre lleva a santiguarse y su rey, Atila, negaba la posibilidad de la hierba por donde él pisaba.

El año es el 452 dC. Padua, Aquilea, Verona ya han sido saqueadas, pasadas a cuchillo. Se dirigen al corazón de la civilización, del imperio de gloria ya tambaleante, a Roma. El Papa León I sale a su paso, el único defensor que le queda a la razón. El encuentro se produce a orillas del río Mincio, cerca de Mantua. Mas de mil años después Rafael pintará la escena para las Estancias Vaticanas. Frente a la muchedumbre agitada de los bárbaros atacantes, armados, el artista opone la serenidad del Pontífice. Desconocemos los argumentos que León dio a Atila, pero sabemos que ‘El Azote de Dios’ cambió de opinión y ordenó dar la vuelta a su ejército de fuego y crines. La Urbe se salvó. León fue llamado Magno. Grande.

Aquellos tiempos terribles tenían una gran ventaja sobre estos nuestros aparentemente más seguros y civilizados. Entonces se sabía quién era el enemigo, dónde estaba el peligro. Pero hoy en día es difícil identificar la amenaza que se cierne sobre nuestro modo de vida que halla fundamento en los Derechos Humanos y la dignidad de la persona: ¿son los talibanes? ¿son los antisistema? ¿es la tecnología? ¿los laboratorios? Una cosa está clara, nuestra sociedad también se tambalea y no veo en el horizonte ningún León capaz de enfrentarse a la barbarie y detenerla.

Hoy, 10 de noviembre, felicito a todos los llamados León, especialmente a mi querido hijo.
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