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León, tierra vieja que ‘inda empuxa‘

26/12/2025
 Actualizado a 26/12/2025
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Hay verdades que en esta provincia ya nadie puede tapar. León envejece mientras le van quitando trenes, servicios y futuro. Más de 140000 pensionistas sostienen la economía provincial como columnas de un puente romano que resiste al paso del tiempo. Detrás de las cifras laten vidas enteras. Manos de ‘güelas’ y ‘güelos’ que trabajaron en minas, campo y branas, ‘xente’ que mantuvo vivo los lugares cuando aún había escuela, médico y bar.

En los pueblos, el golpe es más duro. Donde antes sonaban los ‘xatos’, la risa, el filandón o el calecho, hoy domina un silencio que no es paz, sino olvido. Faltan médicos, cuidados, faltan manos y tiempo para acompañar, y quien necesita ayuda la espera meses mientras la soledad se instala como un inquilino perpetuo. León se apaga a fuego lento porque los servicios públicos se retraen al mismo ritmo que su ‘xente’ envejece.

Feve es quizás la metáfora más clara de cómo se gestiona León desde la distancia. Lo que debía ser una integración ferroviaria llamada a coser pueblos, acercar la montaña y modernizar el transporte, se ha convertido en una sucesión de parches, retrasos y renuncias que han dejado años de vías muertas y una estación de Matallana sin trenes, reflejo de una postal de la desidia del Gobierno. 

Mientras tanto, las pensiones siguen siendo el corazón que late en miles de hogares leoneses. Pensiones modestas que mantienen familias y sostienen lo poco que queda de nuestras comarcas y reservas de la biosfera. Cada cierre de consultorio, cada horario que se recorta, cada línea ferroviaria degradada, cada kilómetro extra que un paisano o paisana debe recorrer para una consulta o un trámite, es una derrota colectiva. No hablamos de números: hablamos de derechos, de decencia poética y de memoria.

Y por eso, porque León ‘inda nun’ puede caminar solo, al menos quienes le niegan esa posibilidad deberían comprometerse con su supervivencia. León tierra de libertades, necesita políticas diferenciadas, que se adapten a su realidad: una provincia extensa, envejecida y castigada que exige un trato propio, no partenalismo ni discursos en época electoral. Si durante siglos ha empujado solo, ya es hora de que el Estado y la Junta, dejen de mirar hacia otro lado.

‘Prestosu’ Nadal.

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