Secundino Llorente

Las palabras nuevas del 2022

29/12/2022
 Actualizado a 29/12/2022
Guardar
Las palabras, como las personas, tienen su proceso vital lógico y sencillo: aparece un nuevo objeto, una situación o una realidad diferente, la reconocemos y buscamos palabras para nombrarla. Normalmente hay un periodo de uso popular sin documentar o ‘sin papeles’ hasta que la Real Academia Española (RAE) la introduce en su diccionario. Esa es la fecha de nacimiento de las palabras que serán utilizadas con todos los permisos y con toda la corrección necesaria para su uso. Así ocurrió últimamente con palabras nuevas, como ‘chat’ o ‘web’. Pero también las palabras pueden llegar a morir cuando ya no se usan durante mucho tiempo. Es una agonía lenta por la que están pasando vocablos como: ‘Albarda’, aparejo que hace de silla de montar en los asnos. ‘Alforjas’, dos bolsas cuadradas que los labradores llevaban sobre su caballería para llevar la comida al campo. ‘Bieldo’, especie de horca que servía para lanzar al aire paja y grano y, así, separarlos. ‘Cuévano’, cesto grande, algo más ancho de arriba que de abajo, trenzado con mimbres gruesos, que servía para transportar la uva en tiempo de vendimia desde las cepas al carro y de éste al lagar. ‘Jubón’, prenda de vestir muy ceñida al cuerpo, que cubría al hombre desde los hombros hasta la cintura. ‘Zagal’, joven muchacho ayudante del pastor. En mi juventud yo conocía y utilizaba estas palabras que la juventud actual desconoce. Ahora están a punto de desaparecer por la falta de uso.

En las últimas fechas de cada año aparecen las listas de noticias más destacadas, novelas más leídas o las mejores películas. También suele salir la lista de novedades del Diccionario que nos da a conocer la RAE. No sé si los lectores se imaginan a qué velocidad aumentan las palabras en nuestra lengua últimamente. En las dos últimas décadas el español ha crecido a pasos agigantados. En 2001, en la edición impresa del Diccionario, entraron 11.425 nuevas palabras y 24.819 nuevas acepciones. En 2014 se registraron 93.111 entradas nuevas y 194.439 acepciones. Y sólo este año 2022 se han producido más de 3.000 cambios. Todos los idiomas funcionan en base a la practicidad y la costumbre y el español no podía ser diferente. Nuestro léxico ha aumentado más en las dos décadas del 2021 que en los cuatro siglos anteriores.Internet y las redes sociales han marcado un nuevo ritmo de evolución de la lengua. Aparecen nuevas palabras o acepciones como ‘vapear’, un nuevo modo de fumar el cigarro. La flexibilidad y capacidad de adaptación de la lengua para nombrar y comunicar cosas nuevas es la base de lo que la hace funcionar como lengua. La RAE ha anunciado, el día 20 de diciembre, una nueva actualización del Diccionario de la Lengua Española con muchas novedades respecto a la anterior. Esta vez lo hace en su versión 23.6, solo en línea, porque para la próxima de papel, la 24ª, habrá que esperar a 2026. Estas novedades no son sólo nuevas palabras, sino también enmiendas a vocablos ya existentes o supresiones de algunos términos.

Pero vamos a centrarnos concretamente en lo que hay de nuevo en esta actualización del diccionario que apareció la semana pasada. Son 3.192 modificaciones.De ellas, 280 son entradas totalmente nuevas. Destacaré algunas, las que más me han llamado la atención. ‘Potar’ es sinónimo de vomitar. Pota equivale a vómito. Es una palabra tan utilizada coloquialmente que jamás pensé que no estuviera ya en el diccionario. Mi hija, cada vez que salíamos de viaje en coche, llevaba en la mano una bolsa de plástico para poder ‘echar la pota’ tranquilamente. Y en todos los viajes de alumnos, lo primero que hacíamos, al arrancar el autobús, era distribuir las bolsas de plástico para la ‘pota’. ‘Portuñol’ adjetivo que describe la mezcla entre portugués español. ‘Edadismo’ es un sustantivo que se refiere a la discriminación por edad, especialmente a las personas mayores o ancianas. ‘Conspiranoia’, palabra compuesta procedente de conspiración y paranoia. Es la tendencia a interpretar determinados acontecimientos como producto de una conspiración. ‘Mamitis’, excesivo apego a la madre. ‘Puntocom’, es un adjetivo dedicado a una empresa que lleva a cabo la mayor parte de su actividad económica en internet. ‘Copiota’, adjetivo coloquial para llamar en forma despectiva al copión, al que suele copiar. ‘Ruralizar’, adoptar usos, prácticas y costumbres rurales en el medio urbano. Son muchas las palabra que han entrado ahora en el diccionario y que ya llevaban muchos años siendo utilizadas en el lenguaje popular como cuarentañero, compango, panetón (y panetone). En esta nueva actualización encontramos términos que vienen directamente del lenguaje coloquial como ‘rular’, ‘gusa’ y la forma compuesta ‘sesión golfa’. Otro tanto ocurre con los nuevos términos en el ámbito tecnológico como ‘videojugador’, ‘macrodatos’ o ‘vida útil’.

También en esta actualización encontramos una extensa revisión de los campos semánticos de la ganadería vacuna y de la industria cárnica que puede ser muy esclarecedora para mis cercanos ganaderos o carniceros con definiciones muy precisas: ‘Añojo’ es el becerro que tiene un año y no ha cumplido dos. ‘Novillo’ es la res vacuna de tres años que no ha cumplido los cuatro.

Y echamos de menos algunas palabras que eran esperadas como: ‘Tripledemia’ la propagación simultánea de los virus de la gripe, de la covid y del respiratorio sincitial. ‘Hermanísimo o Cuñadísimo’ para aludir al hermano o el cuñado que saca algún tipo de provecho gracias a su parentesco con un cargo de relevancia. ‘Hacer conejo’ en algunos países de América es ‘abandonar un establecimiento público sin ser visto, para no pagar la cuenta’.Es el ‘simpa’ español. Pero no os preocupéis porque muy pronto, en 2026, tendremos la 24 edición del diccionario de la RAE que incluirá todo lo que ahora haya quedado a la puerta.
Lo más leído