La vida pirata, la vida mejor

23/02/2022
 Actualizado a 23/02/2022
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Faltan escasos días para que madrugar ya no sea una obligación. Para que el camino de ida a la oficina deje de ser una rutina. Ya no estará rodeado de las mismas personas durante todo un día y tampoco tendrá que atender a aquellas que no saben mostrar agradecimiento ni siquiera con una sonrisa. «Hasta la vista, baby».

Su mantra en las últimas semanas ha sido «que trabajen los jóvenes, que lo necesitan más». Algunos pensarán que es desdén, aunque mejor llamarlo cansancio. También una buena ración de sensatez. Las listas de paro están bastante llenas de juventud que busca su primera oportunidad laboral, y de otros muchos que lo que más desean es salir por fin de la precariedad. No está mal pensar en ir haciéndoles un hueco. Obviamente, creer que la gran solución a uno de los grandes males del panorama actual está en que los más mayores terminen su vida laboral sería una desconexión bien grande con la realidad. No obstante, saber (y sobre todo poder decidir) cuando ha llegado el momento de marcharse es también una suerte y un acto de valentía.

Sobre todo si, como él, has podido dedicarte a lo que quieres y eso que sabes hacer muy bien hasta el último día. Lo contrario, es otro cantar.

Mírale, por ahí va. Parece que incluso camina más ligero, ¿no? Tras cuarenta años dedicados a trabajar para los demás, ahora le ha llegado el tiempo para dedicarse a sí mismo que, definitivamente, era lo que quería. Sus dedos encogidos que últimamente pulsaban más de una tecla a la vez cuando escribía a ordenador, ahora estirados y libres sacarán fotografías de pequeños viajes o se dedicarán a pasar dócilmente las páginas de los libros de novela histórica. Sus amistades más sinceras lo seguirán siendo, y las que le dedicaban un gesto amable solo por su trabajo se acabarán desvaneciendo. Una buena ventolera de realidad. Pero oye, la vida.

Que el miedo a una suerte de ‘página en blanco’ no le inunde las horas del día y que encuentre siempre los motivos para levantarse cada mañana, sobre todo ahora que no vienen impuestos. «Que tengas el mejor día de tu vida» y que así sea cada día. A disfrutar lo trabajado.
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