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La tarta espacial

13/11/2022
 Actualizado a 13/11/2022
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Ana Sánchez, la secretaria de Organización del PSOE de Castilla y León, salía en tromba esta semana contra Fernández Mañueco, el ‘amo’ de la Junta, –le acusaba de ponerse de perfil– a cuenta de la Agencia Espacial Española, por cuya sede está luchando la capital leonesa y a la que ahora se suman Palencia y Cebreros, esta última en la provincia abulense. Y es verdad que hasta podría tener una buena parte de razón la procuradora Sánchez en su inquieta y ardorosa denuncia. Mañueco –recuérdese– había apoyado explícita y públicamente la candidatura respaldada por el Ayuntamiento leonés junto a la ULE, que también ha unido sus fuerzas con la municipalidad. Ahora, sin embargo, el Ejecutivo regional no le hace ascos a la capital del Carrión, como tampoco –a instancias de Vox, esa es la realidad– a la localidad que vio nacer al expresidente Suárez. Igual que una partida de parchís entre niños mal criados.

En aras de la verdad y al margen de las circunstancias expuestas, lo cierto es que en este asunto nadie, ni tirios ni troyanos, pintan nada. La última palabra, la brocha, la tendrá el Gobierno de España, quien, con el mentirosillo Pedro Sánchez a la cabeza, decidirá dónde será ubicada la tan traída y llevada Agencia. De modo, señora Sánchez, que menos delación y más hechos. Y dado, además, que la ‘protestona’ secretaria del PSOE le hace ojitos a León (dice que ha trabajado de «forma seria» su candidatura), no estaría de más que cogiera de la oreja al ‘estadista’ Tudanda, su jefe en la Autonomía, para (intentar) forzar a La Moncloa a que esta vieja Corte de Reyes acoja definitivamente el departamento espacial. Menudo tanto se apuntarían los del puño y la rosa ajada sanchista.

Claro, que una cosa es predicar y otra dar trigo, como ocurrió allá por el mes marzo en las Cortes, cuando la Mesa –de la que Ana Sánchez forma parte– acordó una subida salarial escandalosa para todos sus miembros. Por entonces, la secretaria socialista que, fechas atrás, en la constitución de la Asamblea, se negó a estrechar la mano del ‘fascista’ y ‘voxero’ Carlos Pollán, después, con la consolidación de los haberes anuales –cerca de 100.000 euros– se daba el pico (tómese en sentido figurado) con el pupilo de Abascal. Así funciona esto.

Y también debería recordar doña Ana la ciscada del propio Tudanca el día que apostó por una Facultad de Medicina para Burgos, luego de que León se posicionara con anterioridad en ese sentido. Más tarde lo arregló el vecino de Villaquilambre diciendo que donde cabe uno, pueden caber dos. En resumen, ¿se comerá León la tarta espacial y todo lo que conlleva? Para ser sincero, lo tiene crudo. En Castilla y León gobierna la derecha y la ‘otra derecha’ y eso es un hándicap (casi) insalvable.
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