Secundino Llorente

La PGA y la Memoria Final

24/06/2021
 Actualizado a 24/06/2021
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La Programación General Anual (PGA) es el documento que sirve para garantizar el desarrollo coordinado de todas las actividades educativas, el correcto ejercicio de las competencias de los distintos órganos de gobierno y de coordinación docente y la participación de todos los sectores de la comunidad escolar. El director del centro debe elaborar cada año a principio de curso la PGA, teniendo en cuenta las propuestas formuladas por el Consejo Escolar y el Claustro de Profesores y basándose, principalmente, en la Memoria Final del curso anterior.Ahora, al final de curso, en el mes de junio, se analiza el nivel de consecución de los objetivos propuestos al principio y se decide lo que debe ser prioritario en el curso siguiente. La PGA y la Memoria Final van siempre encadenadas y condicionadas entre sí. Lo que no ha funcionado bien este curso nos veremos obligados a dejarlo reflejado en la Memoria para retomarlo al curso siguiente, en el mes de septiembre, como objetivo prioritario en la Programación General Anual.

Podríamos definir la PGA como el conjunto de actuaciones que un centro educativo pretende realizar a lo largo del curso escolar, con la concreción de los criterios y orientaciones generales aprobados por el claustro y el consejo escolar. Y la Memoria Final de Curso podemos definirla como el análisis y evaluación de todo lo reflejado en la PGA en el mismo claustro y consejo escolar para valorar su grado de cumplimiento y con el fin de mejorar en el curso siguiente.

La Programación General Anual es un plan realista, no utópico, que recoge los objetivos generales del curso, el horario general, el funcionamiento de guardias, tutorías, atención a padres, evaluaciones, delegados, clases de recuperación, actividades extraescolares, etc, y todos los planes o programas en los que el centro pretende trabajar a lo largo del curso, como fomento a la lectura, éxito educativo, convivencia o TIC.

La PGA debe basarse en el análisis de los resultados obtenidos en el curso anterior en los distintos ámbitos como rendimiento escolar, convivencia o absentismo y debe comprometer a todos los miembros de la comunidad educativa y, aunque no es algo rígido, sino que se puede adaptar a circunstancias imprevisibles o cambiantes, para introducir algo nuevo es imprescindible la aprobación del consejo escolar.

Pienso que este documento de la PGA es importantísimo. Viene a ser el libro de ruta del centro para cada curso. Allí quedaban reflejadas las fechas y los participantes en todas las actividades y, lo más importante, sirve de registro y comprobante en caso de necesitar justificación de haber realizado una excursión, salida cultural, conferencia, tutoría, acompañar a alumnos a la selectividad o a olimpiadas, ser representante en el consejo escolar, organizar el simulacro de evacuación, coordinar el plan mediación, llevar a cabo un concierto de la orquesta del centro y un etcétera ilimitado de actividades que se olvidarían en el tiempo de no ser porque han quedado reflejadas en la PGA para siempre. Si un profesor ha empleado mucho tiempo y dedicación en preparar una actividad como, por ejemplo, un intercambio escolar con alumnos americanos, qué menos que la recompensa de saber esto no se olvidará jamás porque ha quedado registrado en la programación del centro ese año. Por si esto fuera poco, en el anexo final de la PGA van a estar todas las programaciones de cada uno de los departamentos del centro. Allí quedarán reflejadas detalladamente todas las actividades realizadas por los seminarios y el profesor responsable de las mismas.

Estamos en el mes de junio, a punto de finalizar el curso y a punto de reunirse el claustro y el consejo escolar del centro para analizar y evaluar la PGA. Todo lo que no se evalúa se devalúa. Para que la programación anual tenga algún valor y sirva para algo es necesario ver si se ha conseguido lo que nos proponíamos en la programación y hasta qué punto se han logrado los objetivos propuestos. De esas reuniones saldrán los compromisos para la PGA del curso siguiente.

Durante muchos años en la dirección del instituto fui el responsable de presentar al consejo escolar la programación general anual y la memoria final de cada curso. Reconozco que, al principio, como buen novato, era un trabajo muy pesado y al que no veía demasiado rendimiento y lo consideraba puro papeleo que nos solicitaba la Dirección Provincial de Educación. Con el tiempo y con la práctica aprendí a repartir juego y trabajo al equipo directivo y coordinadores. Reconozco que, implicando a todo el claustro y siendo realistas, gracias a una buena programación anual y a una seria evaluación en la memoria final se puede conseguir, poco a poco, ir mejorando el funcionamiento de un centro educativo.
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