Ahí va el ejemplo de unos leoneses que, cargados de razón, piden desde hace años soluciones al Gobierno, por lo que sea sin resultados hasta la fecha: estuvieron meses intentado que les recibiera el todopoderoso líder de los socialistas leoneses y no consiguieron siquiera que se pusiera al teléfono. El hombre estaba muy liado con su juego de sueldos y sillas. Al final, descubrieron un sistema del que pueden tomar nota todos los leoneses si lo que quieren es que sus reivindicaciones lleguen hasta el Congreso: se llama a la otra diputada socialista, que es de las que responde y atiende (como por otra parte es su deber) y, en cuanto se entera el todopoderoso líder de los socialistas leoneses, se pone al teléfono, devuelve las llamadas y da todas las facilidades... no le vaya a robar nadie, y menos ella, las fotos con cara de atención y preocupación. De nada.
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