Muy bonito el acto de ayer en el Hostal de San Marcos. Bonito, emotivo y necesario. Los periodistas que esperen fuera y, si sobran canapés, que se los echen a ver cómo se pelean. A todos se nos llena la boca hablando de restituir la dignidad y de dignificar la memoria, pero las lecciones de dignidad se deben dar todos los días. La prueba de no ocurre es que allí ya existía un memorial para las víctimas pero, como no lo inauguró quien lo tenía que inaugurar, no cuenta. Y luego damos lecciones de cómo mirar al pasado... ¿Sabrán los que estuvieron ayer que, en realidad, estaban ya promocionando una futura serie de Netflix?
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