El procurador que pasó de kiosquero a dar lecciones de periodismo, el rey de las camisetas de despedida de soltero, el leonés que presume de ser leonés y dice que apoya una autonomía leonesa pero se presentó a las elecciones por la provincia de Valladolid para asegurarse el puesto, el que ya ha conseguido buscarse un futuro en Madrid haciendo de palmero para los dueños morales de la dignidad política, se despidió ayer de las Cortes. ¡Qué gran pérdida! Sin duda, la lluvia de ayer debían ser lágrimas por su marcha. Hale, al fresco.
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