La empatía no se comparte

Nunca es fácil ponerse en la piel de otra persona. Pero a veces hay simples y pequeños detalles que marcan la diferencia pese a parecernos insignificantes. Curiosamente, este lunes se celebraba el Día Mundial de la Salud Mental y creo que llegaron al centenar las publicaciones que vi compartidas a través de las redes sociales con frases que pretenden entrar en tus ojos como puñales acompañados de dibujitos y colorido. Y digo vi, porque no destiné ni un segundo en leer esos cientos de mensajes.

Sin embargo, mientras el lunes cubría el acto del décimo aniversario de Alcordanza, en uno de esos momentos diarios en los que la pantalla de mi móvil me tiene absorbido, sin querer escucharla con atención me entró directa al cerebro una frase que oí: «hay que tener más empatía y no solo cuando la enfermedad nos toca de cerca». Quizás por el subconsciente, pero a mí esa frase sí me tocó de cerca.

Lo primero que me vino a la mente fue mi hermana –aunque siempre dice que no me acuerdo de ella– y su infatigable y constante labor como maestra de niños y niñas con Trastorno de Espectro Autista (TEA). En lo que me toca de cerca, uno de los más claros ejemplos de empatía. Lo segundo que me vino al pensamiento fue mi prima, fallecida cuando yo apenas media metro y medio, que padecía una severa minusvalía física y que tampoco era capaz de articular palabra pero con la que sentía una especial conexión siempre que me dedicaba una de sus sonrisas cuando iba a verla.

A raíz de estos casos que me tocan de cerca, fue cuando surgió mi dilema: ¿fui poco empático el Día Mundial de la Salud Mental por no compartir nada en redes sociales? Y la respuesta es que probablemente sí. De compartirlo, puede que a alguien le hubiese venido bien, o incluso a mí mismo. Aun así, no hay que engañarse, porque la mayoría de esas publicaciones quedaron olvidadas en apenas 24 horas, como ocurre con los recuerdos de los enfermos de Alzheimer. Y como en el olvido quedarán los problemas o enfermedades de muchas personas. Lo que tengo claro es que la empatía no se comparte, se demuestra.