Pues resulta que la desgracia esa con patas que es la Unión Europea ha tenido la brillante idea de recomendar a todos sus vasallos, que no súbditos, que preparen un ‘kit’ con lo imprescindible para resistir hasta tres días después de un ataque nuclear de los rusos. Los que ya peinamos (en mi caso es una metáfora) canas, nos acordamos de aquella canción que se hizo famosa en los años ochenta del pasado siglo: «¿Qué harías tú en caso de un ataque preventivo de la URSS?», y nos da la misma risa, porque la respuesta es meridiana, clara, como la luz bendita: morir.
Hacen esta recomendación para asustarnos, para que nos acojonemos, para que digamos amén a todas las barbaridades que se les ocurren. Se trata de lavarnos el cerebro, ni más ni menos; tuvieron buenos maestros...: Goebbels, el ministro de Propaganda de Hitler, y todo el complejo del ‘Agitprop’ de los comunistas que obedecían ciegamente las órdenes de Stalin, les han enseñado el camino y ellos, ¡pobres!, sólo han tenido que copiarlo para engañarnos (como hicieron sus maestros), haciéndonos tragar con muelas de molino.
El caso es que ando preocupado...; no sé qué meter en el dichoso kit de supervivencia...; estoy más despistado que un burro en un garaje. ¿Meteré, siendo del todo sumiso, lo que esta banda nos recomienda?; ¿o no los haré ni puto caso? Seguramente, me decidiré por lo segundo, no vaya a ser que esta gentuza tenga razón y sobreviva en un mundo que no deseo ni a mi peor enemigo. Incluiré, eso sí, dos o tres cajas de cerveza, que la sed es muy traicionera y nos hace ver visiones..., hay que ser precavido. También, tres o cuatro docenas de libros imprescindibles para pasar el tiempo: ‘El Bosque animado’, las obras completas de Borges, ‘Las Mil y una noches’, ‘Desandando’, y la ‘Guía del horticultor autosuficiente’, para sufrir y dar la razón a las lumbreras que me ponen pingando por no poner huerta en Vegas, tan inútil soy. Pensaba, también, en incluir dos o tres cajas de condones...; pero, la verdad es que no lo haré: en caso de seguir vivo y de que quede alguna contraria respirando, ¿qué importancia tendrá hacerlo a pelo?: ninguna y, encima, ellas gozarán más. Y un servidor, también, ¡dónde vas a parar! ¡Ah!, y dos o tres cartones de cigarrillos, porque, en verdad, de algo hay que morirse.
Lo más increíble de todo es que cientos de miles de personas siquiera se planteen estas tonterías, como hace un servidor ahora mismo. Qué alguien piense que va a sobrevivir después de una hecatombe nuclear es de ser un imbécil, un cretino o un retrasado mental. Nunca en la historia Europa ha sido gobernada por una caterva de retrasados como en la actualidad. Por no conocer, no conocen ni lo que pasó con sus antepasados. Es muy jodido meterse contra el ‘oso ruso’. Cuando lo de Napoleón, quemaron Moscú hasta los cimientos y, luego, el invierno hizo el resto. Con Hitler sucedió algo parecido y no pararon hasta Berlín. Esta banda de tontos se cree que Putin no lanzará un misil cargado hasta los topes de uranio y están errados...; ignoran, o no saben, que le quedará Siberia para resistir y reconstruir lo poco que quede después del holocausto. Meterse, a lo chulo, con el país que más armas nucleares tiene del mundo, es de ser del género tonto, mayormente, como dije antes, porque él sí está dispuesto a utilizarlas. Tengo claro que tanto Macron, el alemán nuevo, el socialdemócrata inglés y el Sánchez creen que están jugando una partida de póquer, de las se organizaban en los barcos que surcaban el Misisipi, en las que todos era tahúres de la peor laya y condición, y en la que siempre pillaban a un lechuguino a quién desplumaban, talmente como se hace con el timo de la estampita..., y no, resulta que no va a ser el caso, porque el pringado, en este caso, tiene el culo pelado de tanto apretar.
Aprovechar estos días, hombres y mujeres, para disfrutar de la familia, de los amigos, de las procesiones (jejejeje) y ‘matad judíos’ como si no hubiera un mañana, no vaya a ser que todos estos indocumentados acaben logrando que todo se vaya a la mierda antes de lo que podamos llegar a imaginar. Y follar, que se me olvidaba: hacerlo sin conocimiento y con quién se os ponga por delante, no vaya a ser...
Salud y anarquía.